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miércoles, 18 de junio de 2014

España retrocede 16 años en la convergencia con Europa

La historia de amor entre España y Europa se truncó, en términos de convergencia económica, en algún momento del año 2010, en plena crisis del euro. España entró en la UE con un PIB per cápita que apenas alcanzaba el 72% y a partir de ahí inició un proceso de convergencia sensacional: el año 2002 igualó por primera vez la media de la Unión, el año 2007 superó a Italia (de enero de aquel año es el célebre “vamos a superar a Alemania” del expresidente José Luis Rodríguez Zapatero), pero justo entonces empezó un declive que no se ha detenido. Y que el año pasado dejó el PIB per cápita español en el 95% de la media de la UE, muy lejos de los puestos de cabeza y en su nivel más bajo en los últimos 16 años.
Con este descenso, España se queda rezagada en un grupo con otras economías con graves problemas en el que figuran Italia (de nuevo por delante, a pesar de que lleva una década de estancamiento) y Chipre (una economía rescatada y en plena depresión), según las cifras de Eurostat, la oficina estadística de la Unión.
El club de la UE dista mucho de ser homogéneo: entre Luxemburgo (267% del PIB per cápita europeo, un número muy condicionado por el tamaño de su sector financiero) y Bulgaria (47% del PIB per cápita europeo) hay una brecha del tamaño del Cañón del Colorado, y que habla a las claras de la fractura Norte-Sur que se ha evidenciado con la crisis del euro.
España se mueve cerca de la media europea, pero ha quedado muy tocada por la crisis: desde entonces la decadencia es evidente. Del 105% de 2007 se pasa al 103% en 2008 y 2009, al 99% en 2010, al 96% de 2012 y finalmente al 95% del año pasado. La divergencia no se detiene: la recuperación española es aún muy débil, lastrada por el empacho de deuda pública y sobre todo privada embalsado durante casi 15 años (de 1994 al 2007) al calor de una sensacional burbuja inmobiliaria. Y muy lejos de países que tienen un PIB per cápita que supera en al menos un 20% la media comunitaria: Luxemburgo, Alemania, Austria, Suecia, Dinamarca, Holanda, Bélgica e Irlanda (que, como en el caso de Luxemburgo, presenta cifras distorsionadas por la atracción de grandes multinacionales gracias a un impuesto de sociedades muy bajo).
Eurostat destaca este año las cifras de consumo per cápita, que representan quizá con algo menos de distorsiones la situación. Ahí España sale aún peor parada: el consumo per cápita sigue bajando —cortesías de la crisis— y cerró 2013 en el 91% de la media europea, de nuevo junto a países como Italia, Chipre o Irlanda y muy lejos del Norte: Luxemburgo (138%), Alemania (125%), Austria (119%) y Suecia (118%) encabezan esa clasificación.

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