Frente a la puerta de la Antiga Fàbrica Damm un cartel con los
colores de Newell’s Old Boys esperaba al agasajado: Lionel Messi. Todo
un gesto de cariño para darle la bienvenida al 10 del Barcelona, que
anda con pupa. El astro argentino se calzó la Bota de Oro, premio que
otorga ESM (Asociación Europea de Medios Deportivos, entre los que se
encuentra Marca) al máximo goleador de las ligas europeas, por los 46 tantos que marcó en 32 partidos en la temporada 2012-2013. Última cosecha individual de La Pulga. Todo un cazador de récords. Pero con el rosarino fuera de los campos hasta 2014,
el galardón deja un sabor a nostalgia. El futuro se vislumbra diferente
para el argentino, que debe reinventarse. Necesita descansar el cuerpo y
la mente para recuperarse de las lesiones musculares que lo aquejan
desde el 2 de abril, cuando se desgarró en París. Y enfrentarse al
desafío de ver cómo Cristiano Ronaldo y Ribéry compiten para levantar el
Balón de Oro, distinción que le perteneció durante cuatro cursos
consecutivos, un logro antes inédito.
De la mano de Stoichkov y, al igual que en la última gala del Balón
de Oro, envuelto en una singular americana (siempre vestido por
Dolce&Gabbana; en Zúrich era a lunares y en esta ocasión fue con
rosas bordadas en gris y blanco), Messi recibió su tercera Bota de Oro
—2009-2010 (34 goles) y 2011-2012 (50)—, y se consagra como el
futbolista con mayor número de distinciones como máximo artillero en las
ligas europeas. “Se lo dedico a mi familia, que siempre está conmigo, a
los que están a mi lado en los momentos feos y duros; y al vestuario”,
se arrancó el argentino, que aprovechó la ocasión para agradecer el
apoyo de sus compañeros. “Este es un premio del grupo porque son muchos
los goles y uno solo no los puede conseguir. Sin mis compañeros no
hubiera conseguido ni este premio ni los dos anteriores”, dijo La Pulga,
bajo la atenta mirada de Xavi, Piqué, Puyol, Adriano, Cesc, Alba y
Pinto, que arroparon al rosarino y le dejaron caer alguna broma sobre su
particular atuendo. “Voy mejorando poco a poco, sin dolor y empezando a
hacer cosas. Ya no duele”, explicó Messi, que se rompió frente al Betis
en Sevilla (1-4) y se despidió del año. El 10 insiste que en
su rutina nada ha cambiado y que no anda con prisas por regresar al
campo. “Lo importante es volver bien y fortalecer el cuerpo para que no
me pase nada”, aseguró. “Para estar tranquilo”, añadió. Perseguido por
la eliminatoria de cuartos de la Champions contra el PSG, el argentino
quiere serenidad para reaparecer de forma rotunda ante un año muy
exigente para el Barça y para Argentina, deseosa de ganar el Mundial en
Brasil.
“Necesita descansar mentalmente y que la prensa le deje en paz”,
apuntó Stoichkov. “La primera cuestión es que se cure bien y que dentro
de ese proceso esté en una condición física óptima y para competir”,
intervino el director deportivo Zubizarreta. “Estoy seguro de que
volverá igual o mejor que antes. Para mí es el mejor jugador de la
historia, como lo demuestran sus datos: cuatro Balones de Oro, tres
Botas de Oro y todos los títulos que tiene”, sumó el presidente Rosell.
Messi está en la lista para la elección del próximo Balón de Oro,
pero este año no asoma como máximo candidato. Los nombres de Cristiano
Ronaldo y Ribéry rugen con más fuerza. Toda una novedad para el
argentino, que piropeó al portugués después de recibir la Bota de Oro:
“Hace tiempo que Cristiano está en un gran nivel”. Sin embargo, Rosell
no tiene dudas a quién elegiría: “Primero a Leo; segundo, Leo y tercero,
Leo. Luego, Xavi, Iniesta y sexto Busquets. Si la gente no hace caso a
presiones políticas ni mediáticas, el Balón de Oro debería ser para
Leo”.
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