La presidenta de Brasil, Dilma Rousseff,
ha anunciado en su perfil de la red social Twitter que los correos
electrónicos del Gobierno tendrán un sistema de protección, en una
medida adoptada después de las recientes denuncias del espionaje de
Estados Unidos a empresas, ministerios y a la propia mandataria.
"Determiné que el Serpro (Servicio Federal de Procesamiento de Datos)
implantase un sistema seguro de 'e-mails' en todo el Gobierno federal",
señaló Rousseff en su cuenta de Twitter, recientemente reactivada.
Rousseff agregó: "esta es la primera medida para ampliar la privacidad y
la inviolabilidad de mensajes oficiales" y justificó: "es necesaria más
seguridad en los mensajes para prevenir el posible espionaje".
El Gobierno, según el ministro de Comunicaciones, Paulo Bernardo,
estudia implementar un servicio público y gratuito de correo electrónico
a través de los Correos Nacionales y que será también codificado para
su seguridad.
El pasado 7 de octubre, Brasil endureció el tono al exigir a Estados Unidos
y a sus aliados que cesen sus operaciones de espionaje al país
suramericano, que, en opinión de la presidenta tienen "motivos
económicos" y se han centrado en sectores estratégicos como el minero y
petrolero.
Las principales quejas del Ejecutivo presidido por Rousseff se
dirigieron hacia Canadá, por su supuesta participación directa en el
espionaje al Ministerio brasileño de Minas y Energía, lo que fue
revelado por la televisión Globo basándose en documentos del exanalista de la CIA Edward Snowden.
Canadá es uno de los mayores inversores en minería en Brasil, donde
se han implantado 55 compañías de ese país dedicadas a la explotación,
45 de equipamientos y veinte de servicios relacionados con el sector,
según datos oficiales del país norteamericano.
Brasil es el mayor productor mundial de niobio, el segundo de hierro,
manganeso, tantalita, y el tercero de bauxita, según datos del
Instituto Brasileño de Minería (Ibram).
Además, es un importante productor de oro, níquel, magnesio, caolín y
estaño, entre otros minerales, un sector cuya regulación y concesiones
dependen del Ministerio de Minas y Energía. Las primeras sospechas sobre
un posible espionaje industrial surgieron el mes pasado, cuando los documentos de Snowden revelaron que la NSA capturó datos de las comunicaciones de la petrolera Petrobras, compañía controlada por el Estado con importantes yacimientos en el litoral brasileño.
La jefa de Estado brasileña consideró estas denuncias más graves
incluso que el espionaje supuestamente realizado por la NSA a la propia
Rousseff y a sus asesores personales, también revelado por la prensa
brasileña a partir de los documentos secretos en poder de Snowden.
Debido a la sospecha de espionaje y por entender que el Gobierno del
presidente de Estados Unidos, Barack Obama, no dio suficientes
explicaciones, la mandataria brasileña decidió postergar la visita de
Estado que haría a Washington el 23 de octubre.
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