A principios del verano, Suiza aprobaba por referéndum con una amplía mayoría de casi el 80% el endurecimiento legislativo para obtener el asilo en el país.
En un clima de rechazo creciente a este tipo de inmigración, una nueva
polémica agita al país. Se trata de la iniciativa de la ciudad de
Bremgarten, en Argovia, donde funciona desde el lunes un nuevo centro de
acogida para los demandantes de asilo con capacidad para 150 personas.
Sus residentes tienen prohibido acercarse a ciertos lugares, como
escuelas y salas deportivas. Una segregación denunciada como racista por
asociaciones de derechos humanos y por la izquierda.
El Ayuntamiento de Bremgarten ha firmado con la Oficina Nacional de
Migraciones (ODM) y el Departamento Federal de Defensa un pacto que
estipula un total de 32 “zonas sensibles” de exclusión para los
residentes de este nuevo centro. Entre estos lugares directamente
vetados a los extranjeros pendientes del asilo se encuentra la escuela,
una serie de infraestructuras deportivas, el casino y la piscina
pública. La ODM recuerda que se aplican medidas similares en el centro
de Nottwil (Lucerna).
“Con esta medida, la ODM ratifica la generalización según la cual
refugiado equivale delincuente potencial”, denuncia en el diario
francófono Le Temps el político del partido verde (Verts/GE)
Antonio Hodgers. “Esta medida revela más la importancia de las
corrientes xenófobas en este cantón que los problemas particulares en el
centro”. La asociación Augenauf considera que tales prohibiciones son
simplemente ilegales.
El director de la ODM, Mario Gattiker, ha tratado de rebajar la
polémica al asegurar que la prohibición no es definitiva. Los residentes
pueden acceder a las bibliotecas, a las plazas públicas y a iglesias,
asegura a la agencia ATS. En cuanto a los centros escolares y
deportivos, la prohibición se aplica únicamente entre semana de siete de
la mañana a seis de la tarde, coincidiendo con el horario escolar.
“Necesitamos reglas de juego para que el día a día entre los demandantes
de asilo y los habitantes se gestione de forma ordenada y sin
conflicto”. Si no se cumple con la prohibición no hay prevista ninguna
sanción.
Este tipo de prohibición de ciertas zonas a los demandantes de asilo
es legal en Suiza en virtud del artículo 74 de la ley de extranjería,
informa Le Temps. Pero solo se puede aplicar si el demandante
no cuenta ya con una autorización de estancia y con la condición de que
“perturbe o amenace la seguridad y el orden público”, una figura
motivada por la voluntad de luchar contra el tráfico de drogas. También
se puede aplicar a extranjeros cuya solicitud haya sido rechazada y de
los que se sospecha que no cumplen con la orden de expulsión en el plazo
fijado. Aplicarla por defecto a los demandantes sería problemático.
Sin embargo, otras localidades ven este tipo de iniciativa con buenos
ojos. Roman Staub, alcalde de Menzingen, considera que los demandantes
de asilo deberían tener prohibido acudir a “zonas sensibles” como los
alrededores de las escuelas, según declaraciones recogidas por la BBC.
“Aquí los demandantes de asilo podrían encontrarse con nuestros
escolares, niños y niñas pequeños”, concluye.
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