El presidente del Consejo Directivo del Servicio Electoral de Chile, Juan Emilio Cheyre, ha dimitido a causa de la polémica que se ha desatado por confesar que dio en adopción a un bebé robado a una pareja de opositores asesinada durante la dictadura del general Augusto Pinochet.
"He decidido presentar mi renuncia a la presidencia del Consejo Directivo del Servicio Electoral", ha dicho Cheyre en la rueda de prensa que ha celebrado tras reunirse durante horas con la cúpula de este organismo.
Cheyre ha explicado que su decisión obedece al "objetivo superior de preservar el normal desarrollo del actual proceso de elecciones,
más aun cuando vivimos una etapa histórica y simbólica de la democracia
en Chile", y que "es consecuente con su actuar de toda la vida".
"Creo que esta decisión contribuye a que esta institución pueda
seguir desarrollando sus actividades con normalidad, sin verse afectada
por temas que son ajenos", ha subrayado el también ex comandante del
Ejército.
Además, ha indicado que no está dispuesto a que "esto llegue a afectar al Ejército, al que di mi vida y al que busqué denodadamente,
uniendo a todos los chilenos y chilenas para que fuera respetado y
querido", ya que, "a pesar de todos los esfuerzos que se han hecho, aún
subsiste una brutal incomprensión del actuar militar".
Cheyre ha subrayado que su conciencia "está en paz en relación a asuntos judiciales y de todo orden". "En relación a mi vida pública y privada, me siento libre de todo cuestionamiento legal y ético", ha sostenido.
Escándalo
El escándalo se destapó el pasado martes, cuando Cheyre reveló a 'El
Mercurio' que dio en adopción a un bebé de una pareja de opositores que
fueron asesinados por las fuerzas de seguridad durante los primeros
meses del régimen militar.
Cheyre explicó que cuando estaba destinado en La Serena, en 1973, una patrulla militar llegó a la base con
un niño de dos años del argentino Bernardo Lejderman y la mexicana
María Rosario Ávalos, que, según la versión oficial, "se suicidaron con
dinamita mientras eran perseguidos".
Entonces, contactó con el arzobispo de La Serena, Francisco Fresno,
para que el niño fuese admitido en un convento con el fin de iniciar los
trámites con las embajadas de México y Argentina para que fuese enviado
con sus familiares, un hecho que no llegó a producirse.
El ex jefe del Ejército sostiene que hasta 1998, cuando empezaron las denuncias por robo de bebés, no dudó de la versión oficial. Una vez destapado el caso, asegura que se reunió con el niño, Ernesto Yoliztly Lejderman Ávalos.
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