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miércoles, 19 de junio de 2013

La Vall d’Aran espera restablecer hoy los servicios básicos

"La prioridad es realojar a las personas y valorar el daño en las infraestructuras", ha afirmado esta mañana desde Vielha el consejero de Interior de la Generalitat, Ramon Espadaler. La situación en La Vall d'Aran ha mejorado y con la disminución del caudal del Garona se podrá valorar los daños en puentes, carreteras y viviendas una vez baje el nivel de agua. Protección Civil de la Generalitat mantiene la fase de emergencia del Plan Inuncat. Los servicios de emergencia se centran en restablecer totalmente los servicios básicos -1.400 abonados siguen sin luz- y la movilidad. Efectivos de la Unidad Militar de Emergencias (UME) colaboran con Endesa en el transporte de grandes grupos electrógenos que permitan restablecer el fluido eléctrico. Sin embargo, el punto más conflictivo será recuperar las comunicaciones viarias.
Cuatro carreteras de la zona continúan cortadas, según ha informado el Servei Català de Trànsit (SCT). Las vías son la C-147, de Esterri a Alòs d'Isil; la C-28, de Garòs a Gessa; la N-141, desde Bossòst a la frontera francesa, y la N-230, desde Vielha. "El objetivo es evitar que el agua siga circulando por la carretera y así poder conectar Vielha con Bossòst", ha explicado en TV-3 esta mañana el síndico de Aran, Carles Barrera. El río ha formado a la salida de Vielha un brazo que se apodera de la carretera en un kilómetro. Las máquinas trabajan esta mañana para reencauzarlo. Durante la noche, al no llover, el nivel del agua bajó un metro y medio a su paso por Vielha.
Respecto a la previsión meteorológica, no se prevé  que durante la mañana llueva, pero que sí lo haga por la tarde, aunque no con la intensidad que lo hizo ayer. Un total de 323 personas han pasado la noche fuera de sus hogares en la Vall d'Aran y el Pirineo de Lleida, de las poblaciones de Vielha, Bossòst, Arties, Llavorsí, Espot, La Pobla de Segur y Llers.
Otra de las prioridades será abrir la carretera C-28 en dirección a la estación de Baqueira, para poder llevar provisiones a los vecinos que ayer quedaron aislados. Otro de los puntos difíciles se sitúa entre Bossòst y Les donde el río se comió literalmente la carretera. Cientos de vecinos de La Vall d’Aran vivieron ayer con el corazón encogido por el desbordamiento del río Garona, aunque no hubo que lamentar daños personales. El episodio de lluvias y el deshielo de la nieve acumulada en las montañas provocaron situaciones límite que recordaron las vividas hace 31 años, cuando una crecida del mismo río tuvo consecuencias catastróficas.

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