Lajos Laszlo Csatary,
de 98 años, ayudó supuestamente en la deportación de 12.000 judios
húngaros de un gueto en 1944, durante la Segunda Guerra Mundial. De eso,
al menos, es de lo que ahora le acusa la Fiscalía de su país, Hungría.
Su portavoz, Bettina Bagoly, ha asegurado que la Justicia tiene 90 días
para comenzar el juicio.
Los fiscales aseguran que Csatary, que ha estado bajo arresto
domiciliario durante un año, comandó, como jefe de la Policía Real
Húngara, un campo de concentración en el gueto de Kassa, entonces ciudad
húngara y que hoy, con el nombre de Kosice, pertenece a Eslovaquia. La
población judía de la ciudad fue apiñada en un gueto tras la invasión
alemana, ocurrida después de que el gobernante fascista, el almirante
Miklós Horthy, fuese depuesto por Hitler. Lucía Kollarova, portavoz de
la Federación de Comunidades Judías del país asegura que la organización
prefiere que el acusado sea extraditado a Eslovaquia."No creemos que
sea sentenciado debido a su edad".
Csatary llegó a liderar la lista de los criminales nazis más buscados
por el Centro Simon Wiesenthal, que ha mostrado su satisfacción ya ha
dicho que se envía "un mensaje importante, que la gente como Csatary son
delincuentes y no héroes patrios". Asimismo, el antiguo agente de
policía fue juzgado en ausencia en 1948 y un tribunal checoslovaco lo
condenó a muerte, aunque posteriormente la Justicia eslovaca conmutó la
pena a cadena perpetua. Las autoridades eslovacas, no obstante, no han
pedido a Hungría la extradición.
Tras la guerra Logró evadir a las autoridades y se marchó a Canadá,
país en el que trabajó en el negocio del arte y cuya ciudadanía, que le
había sido concedida, le fue retirada en los años 90. Después de aquello
volvió a Budapest, donde ha estado viviendo tranquilamente hasta que,
hace dos años, la Justicia empezó a investigar su caso. El diario
británico The Sun ayudó a que se despertará el interés por su
caso tras seguir la pista del anciano y publicar una fotografía suya en
julio del pasado año.
En los últimos años se han producido casos semejantes, como el de John Djemanjuk,
muerto en un asilo el año pasado y que fue deportado de EE UU en 2009 y
sentenciado en Alemania, en 2011, a cinco años de prisión por su
complicidad en 28.000 asesinatos.
En el veredicto contra Djemanjuk se estableció que el hecho de haber
trabajado en un campo de exterminio era ya motivo de complicidad en el
cargo de asesinato, algo sin precedentes en Alemania y que abrió la
puerta a otras 50 investigaciones de presuntos exguardias de Auschwitz.
El mes pasado fue arrestado en Alemania un antiguo guardia de dicho
campo de exterminio y a quien el Centro Simon Wiesenthal identificó como
Hans Lipschis, de 93 años, quien dijo a las autoridades que su labor
por aquel entonces fue la de cocinero, no guardia.
No hay comentarios:
Publicar un comentario