El Gobierno de Irlanda ha acordado conceder compensaciones de entre 11.500 y 100.000 euros a unas mujeres que fueron encerradas en los años sesenta y setenta en las llamadas lavanderías de la Magdalena,
en Dublín. Algunas pasaron varios meses y otras varios años encerradas
en instituciones casi siempre gestionadas por la Iglesia católica. La
gran mayoría no sabían ni por qué las encerraban ni por cuánto tiempo.
Las causas podían ser muy diversas: la pobreza de sus familias, haber
sido víctima de abusos sexuales, haber tenido un hijo fuera del
matrimonio, la muerte de la madre, tener un defecto físico…
Su existencia empezó a ser conocida a principio de los años noventa,
cuando la exhumación de 155 cadáveres enterrados en las lavanderías de
la Magdalena llamó por primera vez la atención de lo que durante años
había ocurrido allí. Una especie de hospicio en el que las chicas,
muchas veces solo unas niñas, tenían que trabajar en condiciones
durísimas, olvidadas de sus familias, dejadas de la mano del Estado.
Se cree que por allí pasaron unas 10.000 mujeres. Tras un informe oficial publicado en febrero pasado,
el Estado ha decidido conceder una indemnización voluntaria a las 600
mujeres que aún viven, siempre y cuando se comprometan antes a no
reclamar compensaciones adicionales. Las mujeres no tendrán que
demostrar que sufrieron malos tratos o que les quedaron secuelas. Las
que pasaron allí menos de tres meses recibirán 11.500 euros cada una.
Las que pasaron un año serán compensadas con 20.500 euros, por cinco
años serán 68.500 euros y las que pasaron más de 10 años recibirán la
compensación máxima: 100.000 euros.
Siguiendo una de las recomendaciones del informe, las compensaciones
de más de 50.000 euros no se pagarán de una vez, sino en forma de
salarios semanales o mensuales.
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