El Gobierno de EE UU ha presentado una demanda penal contra Edward Snowden, el extécnico
subcontratado por la Agencia de Seguridad Nacional (NSA) que filtró a
la prensa varios programas secretos de vigilancia masiva de la
Administración, informa The Washington Post,
que cita a fuentes gubernamentales. De acuerdo con la información, en
el escrito se acusa a Snowden de espionaje, robo y acceso a propiedad
del Gobierno y se insta a las autoridades de Hong Kong, donde se ha
refugiado el autor de las filtraciones, a que lo detenga en virtud de
una orden de arresto provisional.
La denuncia se ha presentado en un juzgado de Virginia, en el distrito en el que tiene su sede Booz Allen Hamilton, la empresa para la que trabajaba Snowden cuando transfirió las pruebas de los programas de espionaje del Gobierno de EE UU a The Guardian y The Washington Post. El Departamento de Justicia no ha confirmado todavía la información adelantada por el Post.
Snowden desveló su identidad el pasado 9 de junio en una entrevista otorgada a The Guardian
en la que aseguró que había volado a Hong Kong desde Hawai, tras
obtener las pruebas de los programas de espionaje de distintas agencias
de inteligencia estadounidenses y cedérselas a la varios medios de
comunicación. El analista de 29 años reconoció ser consciente de que
"corría el riesgo de acabar en prisión”. “No puedes enfrentarte al país
más poderoso del mundo y no tener en cuenta esta posibilidad. Si te
quieren pillar, lo van a hacer”, dijo al diario británico. Snowden
aseguró que había escogido Hong Kong como refugio por su "vivo
compromiso con la libertad de expresión y con el derecho a la
discrepancia política". Desde entonces, salvo una charla digital con los
lectores de The Guardian la semana pasada, el joven no ha
vuelto a aparecer públicamente y, aunque se ignora su paradero, no se
tiene constancia de que haya abandonado Hong Kong.
La semana pasada, el FBI confirmó que estaba llevando a cabo una investigación criminal sobre las filtraciones
llevadas a cabo por Snowden pero, de momento, no ha desvelado qué
cargos pensaba interponer contra él. Preguntado por el futuro que le
esperaba al exanalista durante una audiencia ante comité de Inteligencia del Senado, el director adjunto del FBI, Sean Joyce, respondió el martes con un lacónico: “Justicia”.
No obstante, hasta que eso suceda pueden pasar varios meses. En primer lugar, de acuerdo con el Post,
los fiscales federales deben formalizar la demanda de extradición, que
aún no se ha presentado. EE UU y Hong Kong tienen un tratado de
extradición que contempla varias excepciones, entre ellas la de delito
político, en la que suelen incluirse las denuncias por espionaje.
Snowden, además, podría seguir en territorio de Hong Kong si las
autoridades chinas, en virtud de las potestades que tienen sobre el
territorio autónomo, deciden que su deportación perjudica los intereses
internacionales de Pekín. Otra de las posibilidades del autor de las
filtraciones es pedir asilo político en Hong Kong o en otro país, una
posibilidad que reconoció estar barajando en su entrevista a The Guardian.
Los programas de espionaje desvelados por Snowden han despertado en
EE UU el debate sobre el equilibrio entre seguridad y privacidad de los
ciudadanos. Esta semana en Berlín, el presidente estadounidense volvió a hacer una defensa férrea de los límites de esos programas,
subrayando en que únicamente estaban centrados en la vigilancia de
movimientos terroristas. El martes, el director de la NSA, el general
Keith Alexander, y el director adjunto del FBI, además de garantizar la
legalidad de las prácticas insistieron en su efectividad, asegurando que gracias a ellos se habían evitado más de 50 atentados terroristas en 20 países.
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