Edward Snowden, el exempleado la Agencia de Seguridad Nacional (NSA, en sus siglas en inglés) que denunció el espionaje electrónico masivo de Estados Unidos, sigue en paradero desconocido, a pesar de ser buscado por medio mundo. Julian Assange,
fundador de Wikileaks y refugiado en la Embajada ecuatoriana en Londres
desde hace un año, asegura que Snowden está “bien” y en “lugar seguro”.
Assange ha afirmado que Snowden va a viajar hacia Ecuador con
documentos oficiales de aquel país, pero, según la organización
Wikileaks, se están considerando “otros destinos”, como Islandia.
Presuntamente, el informático sigue aún en Moscú: al menos, la treintena de periodistas que abordaron el vuelo de Aeroflot con destino a La Habana
con la esperanza de entrevistarlo, no hallaron rastros de Snowden. El
vuelo 150 de la compañía aérea rusa despegó del aeropuerto de
Sheremiétevo - uno de los tres de la capital rusa - con 10 minutos de
retraso, a las 14.15 (las 12.15 en la España peninsular), pero el
asiento 17 A, donde debía ir Snowden, y el de al lado, teóricamente
destinado a la asesora jurídica de Wikileaks, Sara Harrison, iban
vacíos.
Fue una amarga sorpresa para los periodistas, sobre todo si se tiene
en cuenta que tuvieron que pagar hasta 1.500 euros en la puja por un
pasaje en el Yevgueni Svetlánov, el Airbus-300-200, así bautizado en
homenaje al famoso director de orquesta soviético fallecido en 2000.
Aunque una fuente citada por la agencia Interfax aseguró que Snowden
no salió hacia La Habana, según le fue confirmado por Aeroflot, eso no
necesariamente significa que Snowden esté todavía en Moscú. Otra fuente,
también anónima, declaró a la agencia RIA que el estadounidense podría
haber abandonado el país en otro avión. Pero la verdad es que nadie sabe
dónde se encuentra realmente Snowden.
Mientras tanto, Estados Unidos informó a Rusia de que había anulado
el pasaporte del informático y, por vía diplomática, envió una petición
oficial para que este fuera detenido y extraditado. Según Interfax, “se
ha dado una orden a los servicios correspondientes para que estudien la
petición de Estados Unidos”. Pero la misma agencia explica que no se
puede detener y por lo tanto extraditar a Snowden si no ha cruzado
oficialmente la frontera de Rusia. Es decir, si técnicamente nunca ha
estado en el país.
El Consejo Nacional de Seguridad de Estados Unidos esperaba que el
Kremlin estudiara todas las posibilidades para expulsarlo con fin de que
este pueda comparecer ante la justicia. Algunos parlamentarios
estadounidenses han mostrado su malestar por el hecho de que Moscú haya
permitido su entrada como pasajero en tránsito.
Snowden llegó a Moscú procedente de Hong Kong después de que las
autoridades chinas le permitieran abordar el vuelo de la compañía aérea
rusa acompañado de la asesora legal de Julian Assange.
Los periodistas que se desplazaron a Sheremiétevo tampoco lograron
ver a Snowden, a pesar de que algunos consiguieron pasar a la zona
internacional del aeropuerto después de comprar pasajes con el solo fin
de poder buscarlo. El exempleado de la NSA no podía salir de esa zona ya
que no tenía visado de entrada en Rusia, a diferencia de Harrison.
Snowden tenía al parecer pasaje para continuar viaje hacia la La Habana.
En cualquier caso, su aeronave tendría que cambiar ligeramente su
ruta para evitar sobrevolar el espacio aéreo estadounidense. Los
expertos rusos afirman que podría ser obligada a aterrizar en territorio
norteamericano.
Las autoridades rusas han guardado silencio absoluto sobre un caso
que amenaza con enturbiar las relaciones con Washington. No ha dicho
oficialmente ni una sola palabra; todas las informaciones provienen de
fuentes anónimas. El único político que ha comentado el asunto ha sido
el diputado Alexéi Pushkov, que es presidente del Comité de Exteriores
en la Duma Estatal. Pushkov, conocido por sus posiciones
antioccidentales, opinó que si Rusia concediera asilo a Snowden, ello no
empeoraría las relaciones con Estados Unidos.
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