Desde que se conocieron algunos de los elementos
del futuro Reglamento General de Circulación, la obligación de que los
ciclistas lleven casco en vías urbanas ha sido una de las normas más criticadas por usuarios y asociaciones de ciclistas de toda España. El principal motivo para ese enfrentamiento es que, según argumentan los 'amantes' de las bicicletas, la obligatoriedad del casco hará disminuir el número de usuarios
y que, hasta la fecha, no hay estudios sobre la efectividad que esta
medida tiene a la hora de evitar muertes. Sin embargo, una investigación
estadounidense, que se ha presentado esta semana en el Congreso
Americano de Pediatría, en Washington (EEUU), avala este tipo de
legislaciones ya que conllevan un menor número de muertes, al menos
entre los jóvenes.
"Este estudio evidencia la importancia de normativas en torno a la
promoción de un ejercicio seguro", ha explicado William P. Meehan III,
médico y director del Centro Micheli para la Prevención de Accidentes
Deportivos y responsable de la Clínica Deportiva Traumatológica en el
Hospital Infantil de Boston.
Para llevar a cabo su estudio, Meehan y sus colaboradores analizaron
los datos del Sistema de Análisis y Registro de Muertes de todos los
jóvenes ciclistas estadounidenses menores de 16 años que resultaron gravemente heridos o fallecieron entre enero de 1999 y diciembre de 2009.
Los investigadores compararon los datos de aquellos estados donde es
obligatorio llevar casco con los de otros donde esta práctica no es
obligatoria.
Los resultados de este análisis muestran que, durante el periodo
estudiado, 2.451 niños y adolescentes sufrieron heridas incapacitantes o
murieron en un accidente de bicicleta o motocicleta. Aquellos estados con una normativa más estricta en este tema presentaron una tasa de accidentes mortales o incapacitantes menor
que aquellos sin estas normas (dos por un millón de niños frente a 2,5
por millón de niños, respectivamente). Esta diferencia siguió presente
teniendo en cuenta factores como el número de accidentes, la edad mínima
establecida para el carné de conducir, el límite legal de alcohol
permitido y los ingresos familiares.
"Este estudio prueba que las leyes que regulan los equipos de seguridad son eficaces",
asevera Rebekah C. Mannix, autora senior del estudio. Actualmente, sólo
21 estados y el distrito de Columbia en Estados Unidos tienen leyes que
requieren que los ciclistas lleven casco.
Menos ciclistas, más accidentes
No obstante, esta eficacia no está tan clara para la Federación Europea de Ciclistas
(ECF, según sus siglas en inglés). Según publica en su página web, los
países que han implementado su legislación con medidas más restrictivas y
que conllevan la obligatoriedad del casco han mostrado un descenso en
el número de horas y de ciclistas sin que suponga una disminución de los accidentes o heridas en la cabeza, con respecto a otro tipo de lesiones.
"Por ejemplo, en Nueva Zelanda, el número de horas
en bici ha caído un 55% desde 1989/1990. El ciclismo en Australia
también se ha reducido considerablemente con un 37,5% menos de australianos
que van en bici en 2011 en comparación con los datos de 1985/1986; todo
esto sin un beneficio discernible en la seguridad vial. De hecho, hay
evidencia de que estas leyes pueden, de forma no premeditada, provocar
más daños, porque cuantas menos personas circulan en bicicleta más
riesgos tienen los ciclistas", explica la ECF.
Por otro lado, hay que tener en cuenta que iniciativas como las que existen en Sevilla o Barcelona en donde se ofrece un servicio de alquiler de bicicletas públicas
podrían verse perjudicadas por la obligatoriedad del uso del casco, ya
que muchos turistas que proceden de países europeos en los que esta
norma no existe no utilizarían este vehículo para circular por la
ciudad.
Sin embargo, puede que exista algún grupo de edad que sí se vea
especialmente beneficiado por la obligatoriedad de llevar casco en la
ciudad, tal y como recoge el estudio realizado por Meehan. Otro trabajo
similar a este, publicado en 2008 en la revista 'Pediatrics', con datos
de la ciudad de Ontario, Canadá, concluía de forma parecida: la tasa de mortalidad entre los niños de uno a 15 años se redujo a la mitad a
los 12 años de haber introducido la normativa que obligaba a los
ciclistas a llevar casco. Sin embargo, ese descenso no fue significativo
en niños de 16 o más años.
De momento, parece que el nuevo reglamento español
no tendrá una normativa que se aplique en función de la edad del
ciclista, salvo en el caso de la obligación de circular por la calzada
que, en el caso de los menores de 14 años podrán hacerlo por las aceras.
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