La Fiscalía de Milán ha solicitado una condena de dos años y medio de prisión para los modistas italianos Domenico Dolce y Stefano Gabbana por una supuesta evasión fiscal de unos 1.000 millones de euros.
El fiscal de Milán Gaetano Ruta
pidió esta condena en el juicio, en el que están imputadas otras cinco
personas, al considerar que los modistas son "los sujetos que se
beneficiaron en mayor medida" de la operación que permitió una evasión
fiscal a gran escala, según informan los medios de comunicación
italianos.
En concreto, la Fiscalía,
en el juicio que se desarrolla en la Sección Penal Segunda del Tribunal
de Milán, pidió la condena para Dolce y Gabbana por un supuesto delito
de omisión en la declaración de la renta, por cuanto el de declaración
inexacta considera que prescribió el pasado abril. En cuanto al resto de
procesados, el fiscal solicita dos años de cárcel para los
administradores del grupo Alfonso Dolce (hermano de Domenico) y Giuseppe
Minoni; dos años y medio para la también administradora Cristiana
Ruella; tres años para el comercial Luciano Patelli, y la absolución
para Antoine Noella, considerado como un supuesto testaferro.
El caso juzga la supuesta evasión fiscal que pudieron llevar a cabo mediante su firma Dolce & Gabbana,
que creó una sociedad con sede en Luxemburgo bajo el nombre de Gado,
que constaba como la propietaria de algunas de las marcas que forman
parte del grupo, pero que en realidad se gestionaba desde Italia.
De este modo, según la Fiscalía, que llevó a cabo la
investigación entre el 2007 y octubre del 2010, las ganancias derivadas
de la explotación de la marca tributaban en el extranjero y no en
Italia, donde deberían haberse pagado los impuestos.
Ambos estilistas son acusados además de haber cedido
las marcas que forman parte de su imperio a la sociedad Gado por 360
millones de euros, un valor muy inferior al real según la acusación, que
lo cifra en unos 700 millones de euros. "Gado era una construcción
artificial y funcional destinada a conseguir la ventaja fiscal que se
obtuvo (...) Tenía solo una pequeña oficina en Luxemburgo en un edificio
y no había ninguna actividad en ella, porque la actividad verdadera
estaba toda en Italia", afirmó el fiscal.
"Ha habido la tendencia en este proceso de mantener a
los dos (modistos) imputados un poco fuera del asunto porque muchos
testigos decían que no se ocupaban de estas cosas, que son solo
creadores", añadió. "Pero Dolce y Gabbana son sujetos que indirectamente
se han beneficiado en mayor medida de esta operación, en el momento en
el que Gado está controlada en un 80% por Dolce & Gabbana".
En abril del 2011 un juez decidió archivar la causa
contra los modistos al considerar que no había lugar para su
enjuiciamiento, pero la Fiscalía recurrió al Tribunal Supremo, que
decidió en noviembre de ese mismo año que se procediera contra ellos por
la evasión fiscal y no por el supuesto delito de estafa al Estado que
también se había formulado en un principio.
El pasado 30 de marzo, la Comisión Tributaria de Milán
ratificó ya la multa en primer grado impuesta en noviembre del 2011 de
343,4 millones de euros más intereses contra Dolce y Gabbana por la
evasión fiscal, que se cuantifica en unos 416 millones de euros por cada
modisto y otros 200 millones de euros por la sociedad Gado.
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