La imagen de bidones radiactivos sueltos a pocos
kilómetros de la costa francesa está causando una gran alarma entre la
población alemana. Un equipo de investigación del canal público de
televisión ARD ha comprobado la presencia de estos bidones tóxicos a
sólo 124 metros de profundidad, en el Canal de La Mancha, gracias a un robot submarino armado con un medidor de radiactividad.
Según los registros del Organismo Internacional para la Energía
Atómica (OIEA), Reino Unido y Bélgica depositaron entre 1950 y 1963 unas
17.244 toneladas de bidones con residuos nucleares en el Canal de La Mancha, en la profunda zanja submarina situada al noreste de la isla de Alderney.
Los expertos daban por hecho que los barriles habían terminado oxidándose, que la radiactividad se habría distribuido en el mar
y que los bidones con residuos habían dejado de ser tóxicos hace ya
tiempo. Pero las mediciones de radiactividad realizadas por este equipo
demuestran lo contrario.
Consultado por los periodistas que han realizado la investigación, el partido alemán Los Verdes ha exigido al gobierno de Berlín que participe activamente en la inmediata recuperación de estos bidones.
"Es en extremo peligroso. Se han detectado dos bidones, pero es
evidente que debe haber muchos más. No es por casualidad que los
depósitos submarinos de residuos fueran prohibidos hace ya más de 20 años", dice Sylvia Kotting-Uhl, miembro de Los Verdes.
El experto en depósitos marinos del OIEA, Harmut Nies,
se ha mostrado a favor de emprender la recuperación de los barriles,
aunque ha puesto como posible dificultad el coste de la operación. "Si no supone un alto coste,
soy partidario de rescatar los bidones de residuos", ha declarado, en
un reportaje que emitirá el canal Arte el próximo 23 de abril.
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