Aseguran que un
doctor constató la muerte de la mujer pero más tarde el resultado de la
autopsia develó que habbía fallecido cuando la estaban velando.
El caso ocurrió en Juan Lacaze, en agosto de 2007. La mujer había sufrido un infarto cerebral y su estado de salud era casi irreversible. El 22 de agosto, a las 4.00 de la madrugada, los familiares llamaron a un médico, que constató la muerte.
Sin embargo, a media mañana y ya en la sala velatoria, la sorpresa fue mayúsucula. Una de sus hijas se acercó al cajón, la acarició y la encontró tibia. Una emergencia médica les dijo que estaba muerta antes de iniciar el velorio, pero sus hijos recuerdan la actitud de los médicos y no confiaron.
La mujer no fue enterrada y días después se realizó una autopsia que confirmó que estaba viva al llegar a la sala y que su muerte se produjo pasadas las 10.00 de la mañana, cuando ya estaba siendo velada.
La familia inició juicio y el resultado fue contrario en primera instancia, por eso ahora decidieron apelar. Piden que los involucrados digan la verdad.
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