Los fenómenos destructivos son aquellos que concentran una gran cantidad de energía en un pequeño intervalo de tiempo y de espacio.
Las olas son fenómenos ondulatorios en los que no se propaga materia,
pero sí energía cinética. La energía potencial que alcanzan, la masa de
agua multiplicada por la altura de la ola y la aceleración de la
gravedad, es igual a la energía cinética que alcanza cada punto de la trayectoria de la ola,
y la alcanza con la velocidad de la ola: la energía (por unidad de
tiempo) está relacionada con el cubo de la velocidad de la ola, y
equivalentemente, con el cubo de la altura de la misma, ya que esta
energía viene dada por el producto del cuadrado de la altura por el
periodo de la ola, que es función de esa altura del oleaje.
Visitamos Cosmocaixa, el museo de la ciencia de la Obra Social La Caixa en Alcobendas (Madrid), para que nuestro catedrático de Física Aplicada, Antonio Ruiz de Elvira, nos lo explique.
Cuando se generan olas altas, la energía que llega a las estructuras
costeras por unidad de tiempo crece de manera cúbica con la altura de la
ola: una ola de altura doble que otra contiene 8 veces más energía que
la primera. En un gran temporal, con olas de 15 metros, la
energía por metro de costa puede ser de 1375 kw. Un coche de 1000 kg, a
108 km/h, que choca y se detiene en 1 segundo, libera una energía de 450
kw. Las olas son destructivas. La naturaleza es, a pesar de todo nuestro orgullo, aún más poderosa que nosotros.
No hay comentarios:
Publicar un comentario