.

.

sábado, 9 de febrero de 2013

EE.UU.: la mano que atiza el conflicto en Siria

Por Luis Brizuela Brínguez *

 
general Martin DempseyDamasco (PL) El derrocamiento del presidente sirio Bashar al Assad mediante la financiación de una supuesta oposición armada, se encuentra entre las prioridades del Departamento de Defensa y la Agencia Central de Inteligencia (CIA) de Estados Unidos, como reconocen recientes informes de prensa. El presidente de la Junta de Jefes de Estado Mayor de las Fuerzas Armadas, general Martin Dempsey, afirmó el 7 de febrero que el Pentágono respaldó en 2012 una propuesta de la CIA para enviar armas a la oposición siria a través de terceros países.

"Sí, lo hicimos", admitió Dempsey al contestar a la pregunta del senador republicano John McCain durante una audiencia en el Senado en la que compareció junto con el secretario de Defensa, Leon Panetta.

El año pasado, la entonces jefa de la diplomacia norteamericana Hillary Clinton y el exdirector de la CIA David Petraeus planearon entrenar a los irregulares y utilizarlos como "aliados" con los cuales "trabajar durante el conflicto y después de una eventual caída de Al Assad", reveló el diario estadounidense The New York Times.

La iniciativa proponía suministrar armas a los mercenarios. Sin embargo, la negativa del presidente Barack Obama a darle luz verde, frenó tales intentos, de acuerdo con el diario neoyorkino.

El rechazo de la Casa Blanca al parecer de basó en los riesgos que implicaría armar a grupos permeados en muchos casos por una ideología radical y fundamentalista, así como los desafíos de la propuesta en plena campaña electoral de Obama, sostuvo la fuente.

Lo anterior viene a confirmar la injerencia de Washington en el conflicto sirio, el cual está próximo a sus dos años, el cual ha sido alimentado en gran parte por países europeos y de la región del Medio Oriente.

Al mismo tiempo devela la hipocresía de muchas de las decisiones de Washington, pues en innumerables ocasiones ha asegurado que rechaza suministrar armas independientemente de los destinatarios de estos posibles envíos.

La Casa Blanca y el Departamento de Estado dijeron en repetidas ocasiones que la ayuda que prestaban a la oposición siria no era militar, y que habían pedido a otros países hacer lo mismo.

El gobierno sirio asevera que, de detenerse el abierto y al parecer infinito flujo de dinero, armas y sofisticados medios de comunicación a las decenas de miles de mercenarios que vienen a combatir a esta nación del Levante, la guerra quedaría sofocada en pocas semanas.

Si bien la administración del primer mandatario negro estadounidense ha evitado mostrarse de manera abierta como uno de los actores que respalda financiera y logísticamente a los opositores sirios, siguen viendo la luz nuevas evidencias que demuestran su papel activo en esta dirección.

Días atrás, el senador republicano Rand Paul Theef, desmintió que su país solo envíe "ayudas no letales" a los armados, como alegan declaraciones oficiales.

Durante una entrevista con la cadena televisiva CNN el político aseguró que una semana antes de la muerte del embajador estadounidense Christopher Stevens en Libia, el 12 de septiembre pasado, el buque Victoria partió desde allí con 400 toneladas de armas hacia el puerto turco de Iskenderun.

Ello ocurrió con pleno conocimiento de la Casa Blanca e incluso el capitán de la nave, que fue entrevistado, reconoció que las armas estaban dirigidas a los insurgentes en Siria, aseguró el senador.

El periódico británico The Times reveló en aquel entonces que el cargamento incluía misiles antiaéreos SAM-7 y lanzadores RPG y según un miembro del opositor Ejército Libre Sirio, constituía el más grande de su tipo hasta la fecha.

Incluso, el senador Theef reconoció que la mayoría de los llamados "militantes" y "revolucionarios" en Siria pertenecen al Frente Al Nusra, rama de la red terrorista al-Qaeda.

No es justo que nuestra administración se involucre en el envío de armas a esos elementos extremistas, porque representaría una amenaza para el pueblo sirio, consideró.

Aún así, entre la clase política norteamericana persisten visiones guerreristas que abogan por la vía violeta para supuestamente solucionar el contencioso en esta nación levantina.

El pasado 3 de febrero, el senador republicano y excandidato presidencial John McCain exigió a gobiernos occidentales bombardear los aviones del gobierno sirio con el objetivo de "respaldar a los rebeldes que luchan contra las fuerzas del presidente Bashar al Assad".

Durante la última jornada de la 49 Conferencia de Seguridad en Munich, Alemania, el miembro de la comisión de servicios armados del Senado rechazó criterios de quienes aducen no contar con opciones para resolver el conflicto.

He escuchado ese argumento una y otra vez, de que las únicas opciones que tenemos es dejar que los sirios combatan por sí solos hasta las últimas, o lanzar una intervención militar masiva y costosa, pero sí hay opciones, estimó.

La OTAN ha destacado baterías de misiles Patriot en Turquía que son capaces de derribar aviones sirios hasta Alepo, señaló en referencia a la ciudad del norte del país, escenario de cruentos combates.

La otra opción sería destruir los aviones de Al Assad en las pistas de aterrizaje con misiles crucero u otras armas, agregó.

Según McCain, veterano de la guerra de Vietnam cuyo cazabombardero fue derribado en Hanoi, esto no llevaría al fin inmediato de las hostilidades, "pero ayudaría a que Occidente se ganase la confianza del pueblo sirio".

El editor de la revista Politics First Magazine, Marcus Papadopoulos, argumentó que resulta imposible conseguir la paz mientras "gobiernos ajenos estén influyendo en el conflicto de manera negativa".

Al mismo tiempo, argumentó que el presidente Al Assad resulta el único líder legítimo del país, refrendado por el 97 por ciento del voto popular en las últimas elecciones, en alusión directa a los planes para derrocarlo.

En la citada conferencia de Munich, el ministro de Asuntos Exteriores de Rusia, Sergei Lavrov, demandó delinear enfoques claros en la comunidad internacional que coadyuven a la solución pacífica, el cese de la violencia y el diálogo inclusivo entre las partes beligerantes en Siria.

Consideró también como premisa la no injerencia en los asuntos internos de los países ni el uso de la fuerza sin un mandato claro del Consejo de Seguridad de la ONU.

Estoy convencido que si todos los participantes del Grupo de Acción en Ginebra, el 30 de junio de 2012 (entre los cuales figura Estados Unidos), para solventar la crisis hubieran obrado de buena fe y respetado lo pactado, podría no haber sobrevenido la situación trágica que hoy vive Siria, remarcó Lavrov.

No hay comentarios: