El barrio Carrasco de hoy difiere mucho del Carrasco del 1900, cuando
el balneario estaba separado de Montevideo por varios kilómetros.
Actualmente la zona residencial más exclusiva del Uruguay es continuidad
de la urbanidad capitalina, y la rambla que bordea el Río de la Plata tiene su punto culminante en el perfil arquitectónico del viejo Hotel y Casino Carrasco.
En 1912 el vecino Alfredo Arocena creó la sociedad anónima Balneario Carrasco, un barrio jardín diseñado por el francés Charles Thays.
En 1921, siendo conscientes del potencial de la zona, se inauguró el
Hotel Casino Carrasco, un trozo de Europa en el pequeño país del sur. La
playa, los clubes de tenis, las residencias exclusivas y el hotel de
lujo se dan la mano en este rincón de Montevideo. El Sofitel Montevideo Casino Carrasco & Spa es la nueva cara de aquel emblemático edificio.
El precio de un sueño
La restauración fue ardua y llevó muchos años, pero fueron muchos más los que permaneció cerrado el viejo hotel. Durante 15 años nada se supo del esplendor de otros tiempos, y el perfil de Carrasco lucía sombrío y penoso.
Carrasco Nóbile es la sociedad adjudicataria de la concesión del
Carrasco para la reconstrucción y la operación del hotel por 30 años.
Está conformada por los grupos económicos Coderé de España y AGG,
dedicado a la parte de entretenimiento y con presencia en Argentina. Es
el mismo grupo que terminará invirtiendo algo más de 70 millones dólares
americanos en todo el proceso, una tarea que incluye tres grandes
áreas: casino, hotel y corporativas donde 470 personas ya se preparan para la inauguración oficial de marzo 2013, el día 19.

El comedor del hotel en 1940. | Centro de Fotografía de Montevideo
Desde su ubicación a la sombra del mar, en Rambla República de
México, Marie Berengere –directora general del hotel- dice que "Sofitel
elige un edificio emblemático de Montevideo, ubicado en la zona más
exclusiva de la ciudad, rodeado de casas de estilo, amplios jardines, y
la playa como antesala. El marco ideal para disfrutar de Carrasco y de uno de los edificios de mayor valor patrimonial de Uruguay.
En cada rincón se respira la unión del 'art de vivre' francés con la
cultura local y se admira el proceso de reconstrucción meticuloso que
mantiene el edificio que ha sido declarado Patrimonio Nacional". Y
sentencia en el idioma universal del placer… Life is Magnifique en
Montevideo.
Sofitel cuenta con 93 habitaciones y 23 suites equipadas con un alto nivel de confort y privacidad;
el protagónico So Spa, su casino, restaurante, bar, biblioteca y
cafetería. Totaliza 116 habitaciones decoradas en estilo francés, con
modernos elementos locales. Todas cuentan con artefactos de última
tecnología, concepto My Bed y conexión WIFI.
Desde sus ventanales de otros tiempos se puede apreciar el Río de la
Plata, la rambla, la playa Carrasco o los jardines del Country barrial. "La
opulencia de los dorados, las pátinas y la paleta de colores, destacan
el valor arquitectónico y patrimonial del restaurante 1921,
entrelazando la persistencia de cuero puro en el mobiliario. Ubicados en
la entrada del hotel, estos espacios son el escenario perfecto para el
deleite de los sentidos; decorados con la impronta de los antiguos bares
franceses estos espacios chic se convierten en la mejor opción para
pasar una velada con estilo", se promociona desde la web.
Remodelar sin cambiar la esencia
Pero para lograrlo hubo que restaurar y mucho. Uno de los elementos
más llamativos es que la obra civil y la restauracón convivieron en
total armonía durante todo el proceso de trabajo. Mientras en el 'piano
nobile' las tareas se llevaban adelante en silencio y avanzando
centímetro a centímetro, en el subsuelo se concretaba la construcción de
un muro colado de más de 420 metros de largo, 14 metros de
profundidad y 40 centímetros de espesor para impedir la penetración del
agua procedente de las napas adyacentes al edificio (que se
ubica frente a la playa). También finalizó la osada tarea de construir
un anillo exterior e interior para estabilizar el edificio y poder
excavar 40.000 metros cúbicos, que dejaron espacio al estacionamiento,
el casino y el área de servicio del hotel.
"Queremos que todo Montevideo sienta el orgullo de decir: restauramos este edificio y quedó como era originalmente",
comenta el arquitecto argentino Rafael Sackmann, integrante del equipo
de profesionales de la empresa Syasa. Todos los materiales empleados se
sometieron a diferentes análisis en laboratorios especializados para
determinar su composición y lograr reproducirlos fielmente.

Los arquitectos franceses Jaques Dunant y Gastón Louis Mallet, que
contaron con la colaboración del uruguayo Félix Elena, concibieron el
edificio en 1912. Cien años después, Ibarroule destaca: "La idea
principal y rectora del proyecto fue recuperar la construcción, un
tesoro del patrimonio histórico y cultural de Uruguay, tal y como fue
concebido por nuestros colegas franceses en 1912. Para lograrlo tuvimos
que recurrir a datos históricos, despojarlo de los elementos y
volúmenes agregados en las sucesivas reformas y ampliaciones previas.
Ahora bien, también debían incorporarse nuevas superficies como el
casino, o el estacionamiento para casi 200 vehículos. Por tratarse de un
edificio clásico de basamento, desarrollo y remate, nuestra propuesta
incorporó el casino y el estacionamiento debajo del nivel cero y
rodeando la construcción existente. Esto nos permitió ubicar en el piano
nobile las áreas principales del hotel".
El arquitecto cuenta que su trabajo consistió en recuperar la calidad
espacial, los materiales, las proporciones, y lograr que los ambientes
vuelvan a tener ese glamour que tuvieron en su época gloriosa. "El alma del hotel sigue intacta,
estuvo escondida, descansando y esperando que termináramos nuestro
trabajo para aparecer en escena", comenta el arquitecto argentino, y
afirma: "Este lugar es un hito no solo en Uruguay, también en la región"
No hay comentarios:
Publicar un comentario