Estos premios se conceden cada año a las empresas acusadas de “atentar contra los derechos humanos”
y de haber “perpetrado delitos medioambientales particularmente
graves”, coincidiendo con la celebración del Fondo Económico Mundial
(WEF) en la estación alpina suiza de Davos.
En 2012, estos premisos fueron concedidos al banco inglés Barclays y al grupo brasileño de materias primas Vale.

Greenpeace Suiza y la Declaración de Berna, una ONG suiza, también
denunciaron a los “directivos de Goldman Sachs, que son los dueños del
torniquete, y que al ocupar alternativamente puestos en el banco y en el
sector público o político, aseguran los negocios del mañana”.
Según Michael Baumgartner, miembro del jurado, “Goldman Sachs no es
uno de los grandes ganadores de la crisis financiera, sino que ocupa una plaza preponderante en el casino de las materias primas“.
“Ha empezado a desestabilizar los precios y si los precios de los alimentos alcanzan nuevos récords, como en 2008, millones de personas estarán reducidas al hambre y la miseria“, dijo.
La empresa angloholandesa Shell recibió el premio del público, concedido por 41.800 personas que votaron por internet.
Shell está acusada de contribuir al cambio climático con sus proyectos petroleros off-shore en la Antártida, uno de los últimos paraísos naturales en la tierra. AFP
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