La tecnología de consumo volverá a crecer. De caer el pasado año un
1% a crecer un 4% en este, esto es más de 1,1 billón de dólares. Así
visto suena bien, pero la realidad es que estos buenos resultados que se
auguran para 2013 se basan en pocos mimbres: por el lado de los
productos, en tabletas y smartphones; por el lado de países, en
China, India y Brasil. Si dependiera del resto de productos o del resto
del mundo, la industria de la tecnología de consumo luciría bastante
peor.
A estas cifras macroeconómicas se llega gracias a las cuentas de la consultora GfK, que controla 360.000 tiendas de 80 países, y a los estudios de la norteamericana CEA (Consumer Electronic Association,
que tiene en cuenta los cambios legales en los diferentes países y su
crecimiento económico. Los datos fueron presentados en la tarde del
domingo en uno de los actos previos de la feria CES de Las Vegas, que hasta el martes no abre la exposición de los productos.

Las 13 categorías restantes descienden año tras año. No se libra
ninguna, ni siquiera las aparentes rupturistas como podría ser el DVD y
Blu Ray, que ha caído en 2012 un 32%; o de los simples teléfonos
móviles, un 34% el pasado año y un 22% este (obviamente aquí no entra el
smartphone). Todos van a menos: ordenadores de mesa y
portátiles, televisores, impresoras, GPS de coche, cámaras, consolas...
¿Para qué comprarlos si a mayoría de estas funciones las realiza el smartphone y/o la tableta? Por ejemplo, el 24% de los que compran una tableta dicen que lo hacen para poder jugar.
Pero el grueso del gasto mundial se lo lleva el smartphone.
Del total 1,1 billones de dólares, 334.000 millones se irán este año en
adquirir estos aparatos, seguidos de los 170.000 millones en
televisores, 150.000 en ordenadores portátiles, 87.000 en tabletas y
75.000 en ordenadores de mesa, bastante menos que el gasto en tabletas.
El televisor nunca muere
Del resto de productos, parece que la mayor esperanza es para el más
viejo de todos: el televisor. Se sigue reinventando casi un siglo
después de su primera aparición comercial. Ahora su gancho es la
conexión a Internet, que tiene más atractivo popular que la 3D, y la
ultra alta definición, algo muy importante para la tendencia que se está
viviendo y es que cada vez se quieren aparatos más grandes. En Estados
Unidos, las 60 pulgadas triunfan. El tamaño importa, y caen las ventas
de las teles con menos de 20 pulgadas. El fenómeno es general, aunque en
Europa el tamaño no llega a tanto, en consonancia con el tamaño medio
de los pisos.
Esto quiere decir que el televisor se convierte en el cine en casa,
pero a diferencia de otras épocas, en el hogar no va a haber videoteca,
como ya no hay discoteca. Lo que se quiera se bajará de la Red y se
pagará –sí, se pagará- por ello, pues garantiza calidad y novedad. Pese a
ello, no aliviará a la industria del entretenimiento; porque no es lo
mismo bajarse de Internet una película de estreno para toda la familia
por 6 euros, que cuatro entradas en el cine y, además, las palomitas.
Pese a lo que han querido inculcar, el pirateo no es la causa principal
de los males de la industria cinematográfica ni de la musical. Como ocurre ya con Spotify,
cuando se quiere oír algo se baja de la Red con un abono mensual, o no.
La tendencia a comprar álbumes en iTunes ha perdido fuerza. El
alquiler, y no solo en la vivienda, va ganando terreno a la compra en
propiedad. La sesión de tarde, ante el televisor, la garantiza la banda
ancha de Internet.
Por si queda alguna duda, en la pasada lista navideña de deseos, así
quedó la cosa, según GfK: ordenadores de mesa, 2%; cámaras, 3%; Blu Ray ,
3%; MP3, 4%; consolas, 4%; lectores electrónicos, 4%; portátil, 7%; smartphone, 8%; televisor, 10% y tableta 16%.
Los BRIC salvan la industria
La bonanza del consumo tecnológico, aunque pudiera parecer
paradójico, no descansa en los países ricos, o maduros, como se conoce a
Estados Unidos, Europa Occidental y Japón, sino a los llamados
emergentes. Son los BRIC (Brasil, Rusia, India y China) quienes están a
la cabeza del consumo porcentualmente (un 9% más). Y llevan años.
Estados Unidos presenta débiles crecimientos y la Europa Occidental, con
Grecia Portugal y España –citados los tres varias veces en plan
negativo- a la cabeza presenta una levísima mejoría (un 1% tras una
caída del 4% el pasado año). Pronto gastarán más en tecnología los
emergentes que los desarrollados. En cuatro años los mercados maduros
solo han crecido un 10% por un 57% los emergentes. Si en 2009 el 64% del
gasto era de los países desarrollados, ahora es del 56%. Mientras que
los emergentes han saltado del 36% al 44%. A estos últimos se están
agregando Indonesia y Filipinas. Del pasado año a este se pronostica que
Europa occidental pase del -7% al -1%; Estados Unidos, del +1% al +3%;
Asia (Japón), del -7% al +2%; Asia emergente, del +7% al +9%;
Latinoamérica, del +11% al +15% y Oriente Medio y África, del +6% al
+12%.
Y la misma cobertura informativa de la feria CES de Las Vegas no deja de ser un reflejo de las cifras. La mayoría de los periodistas lleva smartphones,
escribe en tabletas o portátiles (sobre todo con el MacBook Air de
Apple) y chinos, latinoamericanos, con fuerte incorporación de rusos, se
dejan ver más que nunca. Si además de no consumir, tampoco fabrica ni
móviles ni tabletas, Europa pinta poco.
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