Una joven de 24 años ha denunciado que fue violada varias veces
cuando tenía 10 años por quien entonces era su párroco en Can Picafort,
el ex sacerdote Pere Barceló. Al parecer, la víctima negó dichos abusos en 1998 -cuando tenía 11 años- porque se sintió coaccionada y amenazada por el párroco.
Ahora, ya adulta, todo ha cambiado, según adelantó ayer Diario de
Mallorca (DM), la joven ha presentado una denuncia ante la Guardia
Civil.
De esta forma, la investigación iniciada por la Iglesia al ex párroco
de Can Picafort por un presunto delito de violación a una menor ha dado
un vuelco tras dicha denuncia. En 1998 ya hubo una primera denuncia
contra el presbítero pero fue archivada a petición del fiscal Pedro
Horrach por falta de pruebas.
Cuando hace 13 años hubo esa primera denuncia, la Dióceseis de Mallorca, entonces presidida por Teodor Úbeda, prefirió no intervenir siguiendo la practica extendida en todo el mundo católico de tapar los casos de abusos sexuales.
Las cosas empezaron a cambiar con la llegada del actual Papa, Benedicto
XVI, que impuso la tolerancia cero en un momento donde las denuncias de
abusos sexuales contra sacerdotes estaban a la orden del día en
diversos países. Por ello, cuando en 2011 se produjo una segunda denuncia –presentada por otra mujer– contra Pere Barceló,
el obispo Jesús Murgui ordenó de inmediato iniciar una investigación y
apartarlo del ejercicio del sacerdocio, una medida cautelar que a día de
hoy sigue vigente. La Diócesis actuó siguiendo instrucciones del
secretario de la Santa Congregación para la Doctrina de la Fe, el
arzobispo manacorí Luis Franciso Ladaria.
Pese a la apertura de la investigación, la Diócesis habló siempre de la presunción de inocencia, tesis que parecía avalada por el archivo de la primera denuncia. Además, la comunidad religiosa observaba que la familia de la víctima y el párroco siguieron manteniendo un estrecha amistad
lo que inclinaba a pensar que no habían existido los supuestos abusos
sexuales. Ahora la víctima sí que ha denunciado y, de hecho, un juzgado
de Inca ya está investigando el caso.
Según la denunciante, el entonces párroco de Can Picafort abusó de forma sistemática de ella entre los años 1997 y 1998.
Dice que el sacerdote la forzó a mantener relaciones sexuales llegando a
consumarse la violación en varias ocasiones. Según la información de
DM, los supuestos abusos se produjeron en la Rectoría de Can Picafort y en una casa particular del sacerdote.
La Diócesis de Mallorca emitió ayer un comunicado en el que expresaba
su respeto por la denuncia presentada y su confianza en que será
realizada la adecuada investigación. En el mismo comunicado el Obispado
ratifica su firme voluntad de garantizar la protección de los niños y
jóvenes ante cualquier tipo de abuso. A continuación recuerda que Pere Barceló ya está apartado del sacerdocio
y que por mandato de la Congregación de la Doctrina de la Fe hay un
juicio penal canónico abierto. Lejos de cualquier intento de tapar los
casos de abusos sexuales, la Iglesia sigue ahora a rajatabla las
instrucciones del Papa y del arzobispo Ladaria sobre la tolerancia cero y
de allí la rapidez del comunicado emitido ayer por la Diócesis de
Mallorca y de la investigación iniciada.
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