Juan Antonio García Muñoz, hoy de 67 años, no llegó a ver la cara del
conductor que le arrolló cuando circulaba por un carril bici en
Santiago de la Ribera, el pueblo de Murcia donde solía veranear con su
familia. Estaba tendido en el suelo, inmóvil; la bicicleta de paseo,
destrozada a unos pocos metros. Un hombre se le acercaba y le decía que
llamaría a una ambulancia. Otra voz sonaba cerca y decía: “Qué he hecho,
Dios mío”.
Esos son los únicos recuerdos que tiene del accidente. Fue el 3 de
agosto de 2010. El vehículo se abalanzó sobre él tras saltarse
supuestamente un stop. Juan Antonio cayó mal y se rompió la médula.
Quedó tetrapléjico. Sufre una fuerte depresión.
Ese mismo año, el último del que hay datos oficiales publicados,
murieron en España 67 ciclistas, 49 de ellos en carretera y 18 en zona
urbana, un 20% más que el año anterior (aunque muy lejos de los más de
100 muertos anuales, de la década de los noventa). La historia de Juan
Antonio García Muñoz resume lo que las asociaciones, clubes de ciclistas
y expertos han denunciado en los últimos años: la falta de respeto
hacia el que circula en bicicleta. España es el país europeo con más
accidentes con ciclistas implicados (3.600 en 2010, según la Fundación
Mapfre). Las cifras y las muertes recientes de los ciclistas
profesionales Iñaki Lejarreta y Víctor Cabedo han hecho que el colectivo alce la voz con más fuerza para pedir soluciones urgentes.

En el caso de Juan Antonio García Muñoz, el carril bici no sirvió
para nada. Acababan de estrenarlo en el pueblo y el ciclista sexagenario
se sentía más seguro que en los veranos previos. El conductor negó que
fuese su culpa. “Estamos esperando todavía la fecha de juicio”, dicen
Manuel y Marisa, hermanos de Juan Antonio.
Toda la familia ha gastado el dinero de sus planes de pensiones y el
negocio que poseen, una pastelería en Madrid, para pagar la lenta
rehabilitación de su hermano en la Fundación del Lesionado Medular. La
normativa de la Comunidad de Madrid solo subvenciona hasta los 65 años,
así que tienen que pagar 3.550 euros al mes para que Juan Antonio sea
atendido. Tampoco han recibido las ayudas a dependientes. “Solo podemos
estar aquí hasta febrero. Luego no sé qué vamos a hacer”, se lamenta
Manuel, muy preocupado por lo que pueda ocurrir en el juicio. “Sería una
injusticia que no nos dieran lo suficiente para ayudarle. A nuestro
hermano le partió la vida un conductor que no respetó la preferencia”,
afirma.
El único estudio serio que existe sobre la casuística de los
accidentes de ciclistas es ya antiguo, de 2003, pero muchas de sus
conclusiones son todavía válidas según los expertos consultados. El
informe, dirigido por el técnico de laboratorio de la Universidad
Politécnica de Valencia José Villena, establecía, por ejemplo, que la
mayoría de los ciclistas no estaban haciendo ninguna maniobra especial y
seguían simplemente una ruta en el momento del accidente. El perfil del
ciclista accidentado era, entonces y ahora, el de un hombre que circula
de día en solitario por una carretera convencional, en vías con arcén
de menos de metro y medio, inexistente o impracticable. “Pudimos
demostrar lo vulnerables que son los ciclistas en las vías públicas”,
comenta Villena. “Entonces se concienciaba más a través de los medios.
Es necesario hacer ver al conductor de un coche que cuando se encuentra
con un ciclista debe pensar que es como si se encontrara con un
tractor”.
Esa imagen del tractor viene a decir que los automovilistas solo
tienden a dejar los 1,5 metros de separación al adelantar cuando ven
peligro de estamparse contra algo pesado. “Todo es un problema de
educación vial”, insiste Villena, que también recuerda que los ciclistas
jóvenes de 16 años son el grupo de mayor siniestralidad. “Estamos
autorizando a gente sin formación a circular por las vías públicas. Hay
que reforzar la seguridad vial en general, también la de los peatones”.
Las asociaciones de ciclistas reclaman más campañas de sensibilización a la DGT.
Consideran que los distintos Gobiernos no han fomentado el uso de la
bicicleta al ritmo que otros países y señalan la necesidad de insistir
en el respeto por el ciclista. “No es cierto que no hayamos hecho
campañas de sensibilización. Acabamos de lanzar la campaña anual en la
que visualizamos la importancia que damos a la seguridad del ciclista”,
asegura Mónica Colás, subdirectora general de Intervención y Políticas
Viales. La DGT prepara una reforma del reglamento general de circulación
que podría estar aprobada en el segundo semestre de 2013. Colás
adelanta que se tendrán en cuenta muchas de las demandas del sector para
proteger a los ciclistas. “Vamos a introducir límites de 20 y 30
kilómetros por hora en determinadas calles de las zonas urbanas para
facilitar la convivencia. Buscamos la seguridad de todos. Todos tenemos
que poner de nuestra parte y todos tenemos que ceder, también los
ciclistas. Se pretende que formen parte del tráfico como los demás y nos
preocupa el hecho de que no tienen formación en materia de normas y
seguridad vial”, señala.
Este año llevamos 47 ciclistas muertos solo en carretera —el último,
un interno de la prisión de La Torrecica, que estaba en tercer grado
(solo iba a dormir a la cárcel) y fue atropellado el viernes por una
furgoneta—. “Con noticias de estas te das cuenta de lo débil que eres en
carretera. Salir a entrenar es jugarse la vida”, señala Antonio Piedra,
ganador de la etapa de los Lagos de Covadonga en la pasada Vuelta a
España y que sufrió dos accidentes en 2008. En el primero, en marzo, una
mujer abrió la puerta cuando él pasaba. Meses después, un coche no
respetó un stop y Piedra saltó por los aires. “Tuve suerte. Podría haber
sido grave”, dice.
En el gimnasio de la Fundación de Lesionados Medulares, los
fisioterapeutas ponen a Juan Antonio García Muñoz de pie en una camilla
movible. El hombre habla con dificultad. Tampoco oye muy bien. Antes del
accidente le habían puesto un implante coclear que con el accidente
quedó inservible. “Está aislado. Y eso es lo que me preocupa. Necesita
mucha ayuda”, dice Manuel. Sus hermanos y él han tenido que ensanchar
puertas y adaptar la casa para cuidar de Juan Antonio. Tampoco ellos han
visto la cara del conductor que le atropelló. “Sabemos que hablaron con
él y le dijeron que mi hermano había quedado tetrapléjico. Él solo
dijo: ‘Vale”.
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