La televisión digital terrestre (TDT) ha multiplicado por cuatro la
oferta de canales y también ha disparado las emisoras ilegales. Señales
dedicadas a la videncia, el tarot o la televenta han invadido
ilícitamente el espacio radioeléctrico sin que las Administraciones, ni
la nacional ni la autonómica, hagan gran cosa por impedirlo. Hasta tal
punto se han extendido las televisiones piratas que en algunas
comunidades hay tantos canales ilegales como legales.
“La ocupación fraudulenta de canales ha crecido de manera alarmante
durante 2011 y se mantiene en 2012”, observa el Consejo Audiovisual de
Andalucía (CAA). Estas señales interfieren las ondas, son un agravio
comparativo y ejercen competencia desleal sin que el Ministerio de
Industria o las comunidades autónomas les pongan freno. Andalucía es una
de las regiones en las que se han hecho fuertes: la mitad de las
señales locales que se pueden sintonizar en su territorio son ilegales.
Un informe del CAA revela que de los 127 canales públicos y privados
captados por ese organismo, 62 son ilegales. La situación de este año es
mejor que la del pasado, cuando los sistemas de seguimiento técnico
captaron 67 señales ilegales (más de la mitad). El consejo lamenta que
ninguna de las gestiones que ha realizado ante los organismos con
competencias sobre el espacio radioeléctrico “ha conseguido minimizar el
problema”.
Con la implantación de la TDT
y el cambio tecnológico, la industria audiovisual confiaba en erradicar
las emisoras piratas. Pero ha sido todo lo contrario. “Por cada canal
analógico ilegal ahora hay cuatro digitales”, sostienen fuentes del
sector. “Si eres ilegal, tienes que buscarte una red que distribuya las
señales. Hay que invertir en poner en marcha esta tecnología. Y una vez
montada la red, es más rentable cuantos más canales se emiten”, añaden.
Identificar estas televisiones irregulares no es fácil. Son
operadores escurridizos. “Cambian de nombre, de sede jurídica y de
frecuencia”, explican los expertos. Aun con todo, los espectadores los
siguen. La mayoría de estos canales se financia con las llamadas del
público, casi siempre sujetas a tarifas más elevadas que las llamadas
telefónicas convencionales.
Cataluña ha detectado una auténtica invasión de canales pirata. A
través de diferentes medios, el Consejo Audiovisual de Cataluña (AAC)
identificó el pasado febrero 46 posibles emisiones de TDT sin título
habilitante. El dato tiene, según este organismo, un “valor indicativo”,
ya que no siempre se dispone de los medios técnicos para contrastar la
sincronización de las señales. En Cataluña se planificaron 24 canales
múltiples locales, que suponen 94 canales tradicionales (públicos y
privados). Aunque no todos están ocupados. Algunos quedaron desiertos en
el concurso convocado en 2006, hay adjudicatarios que han devuelto la
licencia a la Comunidad y dos operadores se limitan a emitir logotipos.
De los 94 canales, un tercio siguen libres. Estas frecuencias son las
que más fácilmente están ocupadas por los operadores ilegales.
En Madrid se han instalado sin autorización una docena de canales.
Los hay para todos los gustos: tarot, televenta o música. También los
telepredicadores se han hecho un hueco. Alfa, promovido por la Iglesia
Adventista del Séptimo Día, emite tertulias, debates, documentales y
dibujos animados sobre las sagradas escrituras de la misma manera que en
otros diales los presentadores reparten energía positiva, quitan el mal
de ojo o venden productos adelgazantes.
Astrocanal, Latinavisión, Canal Randethein y Vit Channel son marcas
habituales en la TDT. La costa andaluza, especialmente las poblaciones
del litoral de la provincia de Málaga, concentra un elevado porcentaje
de canales sin licencia, que en su mayoría emiten programas de
televenta, juegos de azar, videncia, chat
y “otros formatos creados para paliar la crisis publicitaria que padece
el sector”, según el CAA. “Estas emisoras tienen un auténtico
chiringuito”, comentan fuentes del sector, que atribuyen su
proliferación a una falta de medios para detectar estas emisiones y
también a “una falta de voluntad política” para cerrarlas. Málaga es la
provincia andaluza con más emisiones ilegales (16), seguida de Cádiz
(12) y Granada (11). Para detectarlas, el CAA utiliza un receptor de TDT
que efectúa un barrido de frecuencias mediante 22 puntos de captación
repartidos por toda la comunidad (con especial hincapié en la costa). A
través de este instrumento se monitorizan las televisiones con licencia y
las que carecen de título habilitante. La Secretaría de Estado de
Telecomunicaciones y para la Sociedad de la Información (SETSI),
dependiente del Ministerio de Industria, dispone de un sistema similar,
aunque solo capta las emisoras de cobertura nacional.
Las comunidades tienen competencias para adjudicar licencias y
controlan el espacio radioeléctrico comprendido en su territorio. Pero
Industria, máximo garante de las ondas, elude contestar cuando se le
pregunta cuántas emisoras emiten irregularmente en España. Solo si una
estación local interfiere la señal de un canal nacional el Ministerio
acudiría a poner orden.
Goteo de sanciones
Una maraña de televisiones locales sin licencia campa a sus anchas por las ondas, pero algunas comunidades autónomas han comenzado ya a multar a los operadores que emiten ilegalmente. El Gobierno canario, por ejemplo, ha impuesto a Mi Tierra TV una multa de 500.001 euros por emitir sin la correspondiente autorización administrativa. La policía precintó el pasado 30 de octubre los equipos de emisión de este canal, que emite desde Los Realejos, al norte de Tenerife. Sus responsables han arremetido contra el Gobierno de Paulino Rivero (CC), al que acusan de actuar “con estilo chavista” y de aplicar distintos raseros a la hora de cerrar estaciones de televisión.En junio, el Consejo Audiovisual de Andalucía (CAA) abrió un expediente sancionador contra el operador Vit Channel, que carece de licencia de emisión. Se le impuso una multa de 132.000 euros. Vit Channel no solo emitía de manera ilegal, sino que, a través de varias frecuencias repartidas por toda Andalucía, ofrecía contenidos de videncia en horario infantil. Este operador está fuertemente implantado en esta comunidad autónoma, hasta el punto de que es responsable del 61% de las emisiones ilegales detectadas en esa comunidad. Según los datos del CAA, dos de cada tres canales fraudulentos difunden contenidos esotéricos y paraciencias en horario infantil, algo prohibido por la ley. Es decir, incumplen la legislación por partida doble.
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