Nueva Delhi, 23 nov (PL) La India reforzó hoy la vigilancia en la
frontera con Pakistán, en sus legaciones diplomáticas y otras
dependencias oficiales dentro y fuera del país, luego que los talibanes
pakistaníes amenazaran la víspera con convertirlas en blancos de sus
ataques.(RadioPL)
Fuentes del gobierno dijeron aquí que las medidas de seguridad se
extremaron en torno a la Embajada India en Islamabad, atendiendo a una
solicitud diplomática semiformal de Nueva Delhi.
Ayer, el portavoz de los talibanes pakistaníes, Ehsanullah Ehsan, dijo que atacarían objetivos y ciudadanos indios "en cualquier lugar" para vengar la ejecución de Mohammed Ajmal Kasab, el único sobreviviente del comando que hace cuatro años perpetró un múltiple ataque contra la ciudad de Mumbai.
Kasab fue ahorcado en secreto luego que el presidente indio, Pranab Mukherjee, rechazara hace un par de semanas su petición de clemencia.
El Ministerio del Interior de la India puso en alerta el sistema de vigilancia de las fronteras con Pakistán y emitió similares instrucciones de sus oficinas de Inteligencia en todos los estados, así como a las autoridades de esos territorios, incluso desde antes de la ejecución de Kasab, previendo represalias talibanes.
En Delhi, los servicios de seguridad intensificaron la vigilancia en lugares susceptibles de ataques, como embajadas, hoteles y zonas frecuentadas por diplomáticos y funcionarios de alto rango.
En un recorrido por la ciudad, Prensa Latina pudo comprobar que las medidas operan incluso en las terminales aéreas, ferroviarias y del metro, los grandes mercados y los sitios de gran afluencia de público.
En esos lugares han sido fijados anuncios en los que se pide a los ciudadanos informar a la policía sobre cualquier sujeto u objeto sospechoso.
Del 26 al 28 de noviembre de 2008, un comando de 10 hombres vinculados al grupo radical islámico Lashkar-e-Taiba (LeT) tomó varios objetivos civiles en Mumbai, lo que dejó un saldo de 166 muertos y varios centenares de heridos.
Nueve de los atacantes murieron en la operación de desalojo ejecutada por las tropas de asalto indias. El único sobreviviente fue Kasab, quien fue condenado a muerte al año siguiente al encontrársele culpable de 86 delitos, entre ellos el de guerra contra la India, asesinato y actos de terror.
Desde entonces Nueva Delhi está pidiéndole a Islamabad que enjuicie a los autores intelectuales de la masacre y sostiene que las capacidades operativas del LeT están intactas.
Ayer, el portavoz de los talibanes pakistaníes, Ehsanullah Ehsan, dijo que atacarían objetivos y ciudadanos indios "en cualquier lugar" para vengar la ejecución de Mohammed Ajmal Kasab, el único sobreviviente del comando que hace cuatro años perpetró un múltiple ataque contra la ciudad de Mumbai.
Kasab fue ahorcado en secreto luego que el presidente indio, Pranab Mukherjee, rechazara hace un par de semanas su petición de clemencia.
El Ministerio del Interior de la India puso en alerta el sistema de vigilancia de las fronteras con Pakistán y emitió similares instrucciones de sus oficinas de Inteligencia en todos los estados, así como a las autoridades de esos territorios, incluso desde antes de la ejecución de Kasab, previendo represalias talibanes.
En Delhi, los servicios de seguridad intensificaron la vigilancia en lugares susceptibles de ataques, como embajadas, hoteles y zonas frecuentadas por diplomáticos y funcionarios de alto rango.
En un recorrido por la ciudad, Prensa Latina pudo comprobar que las medidas operan incluso en las terminales aéreas, ferroviarias y del metro, los grandes mercados y los sitios de gran afluencia de público.
En esos lugares han sido fijados anuncios en los que se pide a los ciudadanos informar a la policía sobre cualquier sujeto u objeto sospechoso.
Del 26 al 28 de noviembre de 2008, un comando de 10 hombres vinculados al grupo radical islámico Lashkar-e-Taiba (LeT) tomó varios objetivos civiles en Mumbai, lo que dejó un saldo de 166 muertos y varios centenares de heridos.
Nueve de los atacantes murieron en la operación de desalojo ejecutada por las tropas de asalto indias. El único sobreviviente fue Kasab, quien fue condenado a muerte al año siguiente al encontrársele culpable de 86 delitos, entre ellos el de guerra contra la India, asesinato y actos de terror.
Desde entonces Nueva Delhi está pidiéndole a Islamabad que enjuicie a los autores intelectuales de la masacre y sostiene que las capacidades operativas del LeT están intactas.
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