El Gobierno de Australia
 aprobó el jueves revisar sus leyes fiscales para evitar que grandes 
empresas declaren sus beneficios en otros países con impuestos más 
bajos, como ocurre en Irlanda.
Es la primera iniciativa de este tipo que se hace fuera de Europa, 
donde ya países como Reino Unido, Francia y Alemania están investigando y
 estudiando medidas para que las multinacionales paguen en el país los 
impuestos que generan sus actividades.   
El responsable del Tesoro australiano, David Bradbury, señaló que las
 leyes fiscales se revisarán para garantizar que las empresas paguen sus
 impuestos según los beneficios que han tenido en el país y, para 
concretar, citó el caso de Google Australia.
"Mientras los acuerdos publicitarios se firman con Google Australia, 
en realidad ellos están comprando la publicidad a una subsidiaria de 
Google radicada en Irlanda", explicó Bradbury. "Así argumentan que la 
fuente de sus ingresos, y por tanto de su pago de impuestos, es Irlanda 
antes que Australia".
Con esta argucia legal, Google y otras multinacionales pagan en 
impuestos casi una tercera parte, pues la tasa impositiva en Australia 
es del 30% mientras que en Irlanda 12,5%.
Como ha ocurrido con los casos europeos, Google respondió que cumple 
con las leyes y que además contribuye al crecimiento económico del país.
 "Hacemos una significativa contribución a la economía de Australia 
ayudando a miles de empresas a crecer en Internet, dando servicios a 
millones de australianos sin coste alguno, además de emplear a 650 
personas en el país".
Bradbury explicó que la estructura fiscal de Google es complicada, 
con pagos a subsidiarias en Holanda que a su vez deriva a otra compañía 
del holding en las Bermudas, donde no hay impuestos a las empresas. "Los
 beneficios de una venta de publicidad de una firma australiana acaban 
posiblemente indefinidamente en una jurisdicción libre de impuestos", 
añadió Bardbury.
Aunque el caso de Google es el más llamativo, en la misma situación se encuentran la red de cafeterías Starbucks, la tienda Amazon o el fabricante de móviles y tabletas Apple.
 En todos esos casos, varios países europeos, principalmente Francia, 
Alemania y Reino Unido intentan que el grupo de países formado por el 
G-20 adopte una política común que acabe con esta anomalía.
 

 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
No hay comentarios:
Publicar un comentario