La playa de Sfiha, junto a Alhucemas (Marruecos), está medio vacía. Frente a la diminuta Isla de Tierra, de soberanía española, hay solo dos tiendas de campaña militares y una zodiac negra. Agentes marroquíes vigilan la zona. Hay un fuerte contingente policial y militar marroquí entre decenas de bañistas. Dentro del peñasco, los 81 inmigrantes subsaharianos que se han asentado en suelo español entre el miércoles y el domingo se resguardan del viento y del sol como pueden. Desde una colina cercana se les puede ver junto a la bandera de España que ondea en medio del islote. Llevan camisetas sobre la cabeza para quitarles el sol y usan pequeñas lonas para crear zonas de sombra. No hay un solo árbol en Isla de Tierra.
Algunos están sentados en pequeños grupos. Otros pasean. Hoy, al menos, el fuerte viento amortigua el calor de los días anteriores. No hay nada que hacer en ese mínimo espacio de tierra, pero ellos aguardan allí confiando en que el Gobierno español los traslade a Melilla o a la Península y no tengan que volver a Marruecos. Porque ahora están en España. Los alambres de espino que rodean la isla, la bandera rojigualda y los carteles que indican en tres lenguas -español, árabe y francés- que no se puede pasar al peñasco no dejan lugar a dudas.
El islote está tan cerca de la costa marroquí que caminando y nadando un poco –o usando chalecos salvavidas y haciendo una cadena humana, como parece que ha ocurrido en este caso- no se tarda nada en llegar allí. Durante el día no se puede acceder a Isla de Tierra, pero los inmigrantes aprovecharon la madrugada del sábado al domingo para pasar. Ahora esperan una decisión por parte del Ejecutivo de Mariano Rajoy.
España ha pedido ayuda a Marruecos para gestionar el conflicto. El ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel García Margallo, ha asegurado esta mañana que el Gobierno español está buscando con Marruecos “una solución duradera” para la crisis de los inmigrantes que intentan entrar en España a través de los islotes situados cerca de la costa del país vecino.
El Gobierno está convencido de que se trata de operaciones coordinadas de las mafias que se dedican al tráfico de personas. Actualmente 81 subsaharianos permanecen en la Isla de Tierra, a los que los regulares que se encuentran en Alhucemas están ofreciendo ayuda humanitaria.
La llegada de los inmigrantes al islote ha creado una situación complicada de gestionar para el Gobierno. Si deja a los inmigrantes en el peñasco, será acusado de insensibilidad y de no proteger a un grupo de personas que duerme a la intemperie. Si los acoge, mañana podría encontrarse con otros 100. Casi al mismo tiempo de que los 68 inmigrantes llegasen ayer a Isla de Tierra, sobre las cinco y veinte de la mañana, unos 60 inmigrantes intentaron saltar la valla que rodea Melilla, según la Delegación del Gobierno, que asegura que no lo consiguieron.
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