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lunes, 13 de agosto de 2012

Una familia con tres niños, última víctima de la ola de violencia que arrasa México


Los siete miembros de una familia, tres de ellos menores de edad, han sido asesinados en la ciudad de Veracruz.

Los vecinos, alertados por el fuerte olor que salía de una casa en la localidad de Manlio Fabio Altamirano, llamaron a la policía, que descubrió los cuerpos degollados en el suelo de la vivienda. El estado de los cadáveres apunta a que habían sido asesinados al menos 72 horas antes del hallazgo.

Entre las víctimas se encontraban tres niños de 9, 7 y 3 años de edad, según un funcionario que pidió mantenerse en el anonimato. Hasta ahora, los agentes carecen de pistas sobre el móvil del crimen.

Es la segunda vez en menos de una semana que el crimen organizado ataca a una familia. El 8 de agosto unos pistoleros asesinaron a los cinco miembros de otra familia en Acapulco.

Guerra sin cuartel

Desde que Calderón accedió al poder y declaró la 'guerra' al narcotráfico, en diciembre de 2006, se han registrado más de 55.000 asesinatos. Hasta ahora, los agentes carecen de pistas sobre el móvil del crimen.

El estado de Veracruz lleva dos años inmerso en una escalada de violencia generada por la disputa territorial de cuatro cárteles de la droga y sus enfrentamientos con las fuerzas de seguridad. En la última semana, se ha acentuado la ola de muertes y violencia en el centro de México, donde bandas rivales se pelean por el control de las lucrativas rutas de contrabando a Estados Unidos.

Este domingo, en el estado de San Luis Potosí, al noroestes de Veracruz, se descubrieron los cuerpos tiroteados de un alcalde y su jefe de campaña. El pasado jueves, las autoridades hallaban 14 cadáveres en una furgoneta aparcada en una de las grandes autopistas a las afueras de la capital del estado y se encontraron otros 12 cuerpos en el estado vecino de Zacatecas el viernes.

Ese mismo día, más al sur, en el estado de Michoacán, la policía federal mató a cinco presuntos miembros de una banda del crimen organizado, según un comunicado oficial. El enfrentamiento tuvo lugar en Holanda, zona controlada por el cartel de los 'Caballeros Templarios' y cerca del lugar donde las fuerzas del orden mataron al presunto narcotraficante Nazario Moreno en 2010, ahora venerado por los contrabandistas locales.

Tras la redada, miembros del grupo secuestraron y quemaron unas dos docenas de vehículos, incluyendo autobuses y un camión que transportaba dos coches, para obstruir las carreteras de la localidad vecina de Apatzingan. Cuatro policías federales, que resultaron heridos, murieron posteriormente.

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