El empate fue un accidente de última hora, más que otra cosa. No es
fácil lucir en eliminatorias con los bajo cero (-5º) de por medio, donde
los entrenadores tiran más de la pizarra conservadora que por la
alegría, a sacar un aprobado con nota más que arriesgar a por todo. El
grupo de Mourinho empezó aletargado para después gobernar con
suficiencia a un rival sin apenas peligro real y con una defensa de
tiritona a la hora del despeje. Su portero Chepchugov, en tres intervenciones estelares, les evitó la sentencia.
Porque los rusos agarraron el empate con un gol entre rebotes en el
último minuto. Y casi ni se lo creían. Dzagoev, su 'estrellita' que
nunca se confirma, estuvo dimitido y el marfileño Doumbia operó más de
mediapunta que de centrodelantero por esa deficiencia. Ramos y Pepe
estuvieron firmes mientras Alonso puso los galones encima del césped
artifical. Lo mejor junto a la velocidad y actividad de Cristiano, autor
del gol y con buena nota general, y el que más agitó delante de la
portería contraria. [Narración y estadísticas: 1-1
Con más coraza conservadora por si acaso había que arroparse.
Khedira, por Granero; Callejón por Kaká y Coentrao por Marcelo. Por este
CSKA, sin rodaje por lo del invierno y sin Vagner Love, pierden fiereza
competitiva y el encanto brasileño. Lo más potable del fútbol ruso, el
irregualar Dzagoev, estuvo pasota a más no poder y bajo control de
Khedira. Y su goleador Doumbia, que no es sólo potente músculo africano,
también habilidad se obligó en demasía a subir balones arriba. Eso sí,
no gozan de eso que se llama continuidad. El nigeriano Musa, su más
reciente incorporación invernal, fue lo más activo de un equipo ruso
hasta la salida de Sekou Oliseh, que se las hizo pasar canutas de vez en
cuando a Coentrao. El músculo africano vale más que la materia prima de
por allí y por eso la importan.
El CSKA se juntón en su campo, control bajo la premisa del orden,
esperando descaradamente a la contra. Un remate de Tosic en la primera
acción de ataque del lateral Shelnikov y que remató Tosic, y apenas nada
más en el primer tiempo. Arreones futiles. Un Madrid salió frío bajo el
8 bajo cero ambiental, y aún más por la lesión de Benzema, que pinzó su
aductor en el primer disparo blanco, mordido. La entrada de Higuaín dio
paso a la primera triangulación potable de los blancos acabó con doble
parada de Chepchugov, el mejor de su tropa. Khedira trazó la pared con
Cristiano, con un frimer remató de la zurda de Higuaín desde la media
luna. Repelió el portero y el posterior rechace obligó a una gran mano
por el meta ruso a disparo del alemán.
Poco a poco se desperezó. El gol blanco llegó a la media hora por una
pifia rusa. Son los costes de jugar contra el grande, la que haces la
pagas. Se originó tras un centro de Coentrao desde la izquierda, con
Tosic despejando como un escolar, lo que aprovechó Cristiano para
conectar a bote-pronto un zurdado raso y potente, a quemarropa contra
Chepchugov, que sólo pudo rozarla. Los rusos, que funcionan más por
arreones, no divisiban a Casillas. Se les nublaba la vista en tres
cuartos.
Callejón y Cristiano perdonan
El antiguo equipo del Ejército arriesgó más en la segunda parte, el
verlas venir no les valía. Se destaparon y pasaron más frío por las
contra blancas. Callejón tuvo dos muy claras con origen en la banda de
Cristiano. La primera la dio mal, con un uñazo destemoplado, forzado en
carrera. La segunda, tras hacerlo perfecto en el recorte, se la sacó con
el pie a dos metros el tal Chepchugov, el que era tercer portero del equipo tiene más reflejos y seguridad que sus dos centrales juntos.
La primera parada de Casillas llegó a la hora en una estampida de
Musa. El veloz nigeriano finalizó su galope sin ver a Doumbia sólo por
su izquierda y con un dispara blandito y goloso para la estirada abajo
de Casillas. Fácil. Leonid Slutski quisó meter más energía y nervio con
el japonés de largo recorrido Honda, que no veía el césped de forma
oficial desde hacía casi 7 meses. Demasiado para mostrar la eficiencia a
la primera. Mou removió con Kaká (por el esforzado Callejón) y
Cristiano bordeo el doblete tras un gran pase de Alonso para su
desmarque de ruptura. Chepchugov aguantó en la distancia corta un mano a
mano al portugués y le tapó perfecto. Todo bajo control hasta que en la
última jugada Weronblom marcó su primer gol con el CSKA al cazar un
balón que venía de una serie de rebotes. En último arreón encontraron
demasiado premio para ese fútbol primitivo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario