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martes, 21 de febrero de 2012

CSKA 1-Real Madrid 1 Un accidente de último minuto

El empate fue un accidente de última hora, más que otra cosa. No es fácil lucir en eliminatorias con los bajo cero (-5º) de por medio, donde los entrenadores tiran más de la pizarra conservadora que por la alegría, a sacar un aprobado con nota más que arriesgar a por todo. El grupo de Mourinho empezó aletargado para después gobernar con suficiencia a un rival sin apenas peligro real y con una defensa de tiritona a la hora del despeje. Su portero Chepchugov, en tres intervenciones estelares, les evitó la sentencia. Porque los rusos agarraron el empate con un gol entre rebotes en el último minuto. Y casi ni se lo creían. Dzagoev, su 'estrellita' que nunca se confirma, estuvo dimitido y el marfileño Doumbia operó más de mediapunta que de centrodelantero por esa deficiencia. Ramos y Pepe estuvieron firmes mientras Alonso puso los galones encima del césped artifical. Lo mejor junto a la velocidad y actividad de Cristiano, autor del gol y con buena nota general, y el que más agitó delante de la portería contraria. [Narración y estadísticas: 1-1
Con más coraza conservadora por si acaso había que arroparse. Khedira, por Granero; Callejón por Kaká y Coentrao por Marcelo. Por este CSKA, sin rodaje por lo del invierno y sin Vagner Love, pierden fiereza competitiva y el encanto brasileño. Lo más potable del fútbol ruso, el irregualar Dzagoev, estuvo pasota a más no poder y bajo control de Khedira. Y su goleador Doumbia, que no es sólo potente músculo africano, también habilidad se obligó en demasía a subir balones arriba. Eso sí, no gozan de eso que se llama continuidad. El nigeriano Musa, su más reciente incorporación invernal, fue lo más activo de un equipo ruso hasta la salida de Sekou Oliseh, que se las hizo pasar canutas de vez en cuando a Coentrao. El músculo africano vale más que la materia prima de por allí y por eso la importan.
El CSKA se juntón en su campo, control bajo la premisa del orden, esperando descaradamente a la contra. Un remate de Tosic en la primera acción de ataque del lateral Shelnikov y que remató Tosic, y apenas nada más en el primer tiempo. Arreones futiles. Un Madrid salió frío bajo el 8 bajo cero ambiental, y aún más por la lesión de Benzema, que pinzó su aductor en el primer disparo blanco, mordido. La entrada de Higuaín dio paso a la primera triangulación potable de los blancos acabó con doble parada de Chepchugov, el mejor de su tropa. Khedira trazó la pared con Cristiano, con un frimer remató de la zurda de Higuaín desde la media luna. Repelió el portero y el posterior rechace obligó a una gran mano por el meta ruso a disparo del alemán.
Poco a poco se desperezó. El gol blanco llegó a la media hora por una pifia rusa. Son los costes de jugar contra el grande, la que haces la pagas. Se originó tras un centro de Coentrao desde la izquierda, con Tosic despejando como un escolar, lo que aprovechó Cristiano para conectar a bote-pronto un zurdado raso y potente, a quemarropa contra Chepchugov, que sólo pudo rozarla. Los rusos, que funcionan más por arreones, no divisiban a Casillas. Se les nublaba la vista en tres cuartos.

Callejón y Cristiano perdonan

El antiguo equipo del Ejército arriesgó más en la segunda parte, el verlas venir no les valía. Se destaparon y pasaron más frío por las contra blancas. Callejón tuvo dos muy claras con origen en la banda de Cristiano. La primera la dio mal, con un uñazo destemoplado, forzado en carrera. La segunda, tras hacerlo perfecto en el recorte, se la sacó con el pie a dos metros el tal Chepchugov, el que era tercer portero del equipo tiene más reflejos y seguridad que sus dos centrales juntos.
La primera parada de Casillas llegó a la hora en una estampida de Musa. El veloz nigeriano finalizó su galope sin ver a Doumbia sólo por su izquierda y con un dispara blandito y goloso para la estirada abajo de Casillas. Fácil. Leonid Slutski quisó meter más energía y nervio con el japonés de largo recorrido Honda, que no veía el césped de forma oficial desde hacía casi 7 meses. Demasiado para mostrar la eficiencia a la primera. Mou removió con Kaká (por el esforzado Callejón) y Cristiano bordeo el doblete tras un gran pase de Alonso para su desmarque de ruptura. Chepchugov aguantó en la distancia corta un mano a mano al portugués y le tapó perfecto. Todo bajo control hasta que en la última jugada Weronblom marcó su primer gol con el CSKA al cazar un balón que venía de una serie de rebotes. En último arreón encontraron demasiado premio para ese fútbol primitivo.

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