Roma, 13 nov (PL) Miles de italianos salieron a las calles para festejar la renuncia del primer ministro Silvio Berlusconi, cuyos últimos años en el poder estuvieron marcados por escándalos y una mala gestión de la crisis económica.
"Libertad, libertad" y "Viva Italia", fueron algunas de las consignas coreadas por los manifestantes concentrados frente a las sedes de la presidencia del Gobierno y del Parlamento tras hacerse oficial la dimisión.
La multitud reunida en las calles de esta capital abucheó al magnate de las comunicaciones, lo señaló de ladrón y demandó su enjuiciamiento.
Berlusconi presentó su renuncia ante el Presidente de la República, Giorgio Napolitano, después que el Parlamento aprobara un polémico plan de ajuste exigido por el Fondo Monetario Internacional y la Unión Europea para evitar la quiebra económica.
El impopular programa prevé una reforma al sistema de jubilaciones y la privatización de servicios públicos para reducir la deuda, que asciende al 120 por ciento del Producto Interno Bruto.
La desastrosa gestión de la crisis de la deuda provocó una caída en picada de la popularidad de Berlusconi, quien llegó a su ocaso político con un índice de apoyo de apenas 22 por ciento.
Su imagen ya se había deteriorado tras el inicio de varios procesos judiciales en su contra por prostitución de menores, abuso de funciones, soborno y fraude fiscal.
Berlusconi deberá ser reemplazado por el excomisario europeo Mario Monti.
"Libertad, libertad" y "Viva Italia", fueron algunas de las consignas coreadas por los manifestantes concentrados frente a las sedes de la presidencia del Gobierno y del Parlamento tras hacerse oficial la dimisión.
La multitud reunida en las calles de esta capital abucheó al magnate de las comunicaciones, lo señaló de ladrón y demandó su enjuiciamiento.
Berlusconi presentó su renuncia ante el Presidente de la República, Giorgio Napolitano, después que el Parlamento aprobara un polémico plan de ajuste exigido por el Fondo Monetario Internacional y la Unión Europea para evitar la quiebra económica.
El impopular programa prevé una reforma al sistema de jubilaciones y la privatización de servicios públicos para reducir la deuda, que asciende al 120 por ciento del Producto Interno Bruto.
La desastrosa gestión de la crisis de la deuda provocó una caída en picada de la popularidad de Berlusconi, quien llegó a su ocaso político con un índice de apoyo de apenas 22 por ciento.
Su imagen ya se había deteriorado tras el inicio de varios procesos judiciales en su contra por prostitución de menores, abuso de funciones, soborno y fraude fiscal.
Berlusconi deberá ser reemplazado por el excomisario europeo Mario Monti.
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