La ciudad de Buenos Aires confirmó su fama de ser el baluarte de quienes se oponen al gobierno de Cristina Fernández de Kirchner y al llamado 'neo-peronismo. Mauricio Macri, alcalde en funciones y el más enconado rival de la presidenta, se impuso por más de 28 puntos al oficialista Daniel Filmus, y continuará en su cargo hasta el 2015.
Escrutado el 98% del sufragio, el líder de Propuesta Republicana (PRO) obtuvo el 64,25% del sufragio, mientras que el representante del Frente Para la Victoria (FPV) recibió el 35,75%.
Nadie dudaba de que Macri, ex presidente de Boca Juniors, el club de fútbol más popular de Argentina, se quedaría con el cetro. Pero los estrategas del gobierno nacional presumían que Filmus lograría mejorar el desempeño que tuvo en las elecciones municipales de hace cuatro años, cuando Macri le sacó veinte puntos de ventaja.
La presidenta y su equipo fundaban esas expectativas en que, pese a lo deslucido de su campaña y a su proverbial falta de carisma, el sociólogo de 56 años cosecharía los votos que quedaron huérfanos de la primera vuelta electoral (de hace tres semanas), tras la eliminación de los otros postulantes a la alcaldía. Roberto Salgado, uno de los arquitectos de la campaña de Filmus, dijo que si éste conseguía el 40% de los votos, “el honor del kirchnerismo” quedaría a salvo”.
Esas ilusiones se estrellaron contra el masivo rechazo que provoca la divisa K (de Kirchner) en buena parte de los 'porteños' (habitantes de Buenos Aires). Los analistas estiman que pese a su etiqueta de neoliberal, Macri recibió un considerable caudal de votos provenientes de la izquierda tradicional .
Tercer golpe al 'oficialismo'
El de Buenos Aires es el tercer revés electoral que encaja el oficialismo en el año en que toca elegir al próximo –o a la próxima- presidente de Argentina. Sus abanderados perdieron las elecciones regionales en la provincia sureña de Chubut y en la de Santa Fe, la principal región exportadora de productos agrícolas y el cuarto distrito en cuanto a número de votantes. A esas derrotas se suma ahora la de la capital, que aparte de constituir el 8,6% del padrón nacional, es el espejo donde se miran los políticos.
Daniel Filmus se batió no sólo contra un carismático alcalde en funciones. Además tuvo que soportar las inclemencias del fuego amigo. Primero, los intelectuales kirchneristas describieron su campaña como “un formidable desastre”. Luego Fito Paéz, un popular cantante del gusto de la presidenta, dijo que la gente de Buenos Aires “le da asco”. Por último, Fernando Braga Menéndez, el publicista que confecciona las encuestas del oficialismo, calificó a los porteños de “egoístas y poco solidarios”.
Pero el epitafio político de Filmus, sociólogo de 56 años, lo firmó la propia presidenta, con su clamorosa ausencia de los actos proselitistas. La única vez que Cristina apareció con su candidato, fue para la foto de un cartel publicitario. Temeroso de que el duelo con Macri fuese la lápida de su carrera política, Filmus quiso bajarse del ballotage, pero según informó la prensa, la inquilina de la Casa Rosada le ordenó resistir hasta el final.
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