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jueves, 2 de junio de 2011

Bahréin levanta ley de emergencia, siguen juicios militares

Reuters


Bahréin levantó el miércoles la ley marcial en lo que el Gobierno espera que turistas y hombres de negocios perciban como una señal de retorno a la normalidad, aunque la oposición teme que la represión continúe en el reino del Golfo Pérsico.

Bahréin está especialmente interesado en recuperar la carrera de Fórmula 1. La apertura del Grand Prix en marzo fue cancelada a raíz de los choques entre policías y manifestantes pro democracia inspirados por los levantamientos de Túnez y Egipto.

Una reunión del órgano regulador de la Fórmula 1 podría restituir el viernes la carrera para este año, aunque el grupo Human Rights Watch ha dicho que deberían tener en cuenta la fuerte represión de la que fue objeto la oposición durante las 11 semanas de ley marcial.

Las polvorientas calles de la capital Manama estaban tranquilas el miércoles, pero en algunas aldeas chiíes había una fuerte presencia de policías anti disturbios, según activistas en internet.

"Si hubiera terminado la situación de emergencia la seguridad no estaría aquí, pero ellos están todavía aquí", dijo Ali Zirazdi, un desempleado de 30 años, que dijo que la policía disparó gases lacrimógenos luego de que unos pocos centenares de personas se reunieron en la aldea chií de Diraz.

"La presencia de seguridad es aún más fuerte () su estrategia ahora es que cada vez que se enteran de alguna protesta, vienen antes para evitar que suceda", añadió.

El rey Hamad bin Isa al-Khalifa, cuya familia de musulmanes suníes gobierna la nación de mayoría chií, ofreció el martes un diálogo sobre reformas.

Mientras el rey hablaba, fiscales militares convocaron a cuatro miembros del principal partido de oposición Wefaq y al activista de derechos Nabeel Rajab para interrogarlos. Según sus conocidos, fueron liberados horas después.

"El fin de la ley de seguridad nacional y el anuncio del diálogo son ambos positivos. Sería una lastima que alguien fuera negativo sobre esto", dijo el legislador suní Jamal Fakhro.

Pero en una pared llena de pintadas contra el Gobierno, alguien escribió: "Si realmente sostienen que quieren un diálogo, tendrán que abrir las calles" y "¡Abajo la banda gobernante!".

Bahréin, que se encuentra entre el Irán chií no árabe y las dinastías suníes aliadas con Estados Unidos de la región petrolera del Golfo Pérsico, es sede del la Quinta Flota de Estados Unidos.

Sus gobernantes acusan a Irán de orquestar las protestas mediante sus relaciones con grupos chiíes

Los chiíes, que representan el 60 por ciento del millón de ciudadanos de Bahréin, se quejan desde hace mucho de discriminación, falta de empleo y de representación.

El presidente estadounidense Barack Obama criticó la represión en la nación en un discurso el mes pasado, diciendo que el Gobierno debería dialogar con los líderes de la oposición pacífica.

Activistas convocaron a través de internet a marchas las aldeas chiíes y en Manama a última hora del miércoles. Apelando a la "lealtad a la sangre de los mártires", uno de los anuncios convocaba a volver a la rotonda de la Perla, donde los opositores acamparon durante un mes.

Aunque con el fin del estado de emergencia en Bahréin los fiscales militares ya no pueden hacer comparecer a civiles, los tribunales militares procesarán varios casos iniciados mientras estaba vigente la ley marcial desde el 15 de marzo.

Veintiuna figuras de oposición, siete de ellos en el extranjero, enfrentan juicios militares por cargos de intentar derrocar el sistema. La mayoría pertenecen a partidos que pedían una república. Defensores de los derechos dicen que fueron torturados.

Los futuros veredictos podrían generar protestas.

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