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martes, 10 de mayo de 2011

Verdura 'camuflada' en gominolas


Pimientos del piquillo, tomates, espárragos, judías verdes, cebolla y zanahoria. Sugerente variedad de verduras y hortalizas. A continuación, no se expondrá ninguna receta que, con paciencia, lleve a la preparación de un delicioso salteado, de una fresca ensalada o de un elaborado plato, aunque el espárrago se convierta en yema y la cebolla vaya confitada y aromatizada con miel de tomillo.

Es más, van a rodearse de azúcar, entre otros ingredientes, y, tras unas horas de cocina, van a convertirse en... ¡gominolas!

"Yo nunca había visto esto, nunca se había hecho". Y tanto. La cabeza pensante, el 'artista-confitero' que ha llevado a la creación de tan suculento producto, es Juan Carlos Lavilla, propietario del obrador Tres Chocolates, ubicado en la localidad soriana de Ágreda.

Este invento gastronómico surge de las Jornadas de la Verdura de la Ribera. Allí comenzó a planear la idea sobre su cabeza y, decidido, se encerró en su lugar de trabajo y comenzó a echar horas y horas hasta dar con la textura exacta.

"Buscaba algo para poder acompañar la carne o el pescado que fuese totalmente diferente. Pero ahora, puede servir como entrante, como guarnición, para elaborar salsas agridulces e incluso para conformar un plato de postre", explica el propietario de Tres Chocolates.

El proceso de producción de estas gominolas de verdura fue bastante duro, ya que era difícil lograr la consistencia de esas materias primas, "muy diferentes entre sí".

"No todos los ingredientes necesitan el mismo tipo de gelatina o la misma agua, porque algunos tienen más hebra y otros son más secos", expresa Lavilla. Pero el efecto, por lo general, suele ser el mismo: "Impactante".

Y se refiere a su sabor –el creador ya tiene favorito: el de pimiento del piquillo, "espectacular", asegura–, porque lo que es la presentación no cambia mucho de lo que es una gominola de frutas habitual: cada tipo de 'chuche' conserva el color de su producto original, por lo que, si la de tomate es roja, la de cebolla es de un blanco semitransparente, la de espárrago toma un tono amarillento y la de judías verdes, lógicamente, se queda en el apellido de esa verdura.

Varios restaurantes sorianos acompañan el bacalao con gominolas de pimientos, mientras otros, prefieren las de cebolla confitada y aromatizada con miel de tomillo para que sus clientes las degusten con el foie.

Algunos le llamaron loco, pero ahora, si no lo comercializa a mayor escala, es porque la ubicación de su pequeña empresa no ayuda mucho. Si surge la oportunidad, "sólo hay que fabricar más y empaquetarlas", expresa.

¿Tienen ahora excusa aquellos niños –y grandes– que se niegan a comer verdura?

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