Sanaa, 23 abr (PL) El presidente yemenita, Alí Abdulah Saleh, aceptó hoy renunciar al poder en el plazo de un mes, según una iniciativa del Consejo de Cooperación del Golfo (CCG) Pérsico que, a cambio, le garantiza inmunidad.
Saleh y su partido, el Congreso General Popular (CGP), avalaron "en su totalidad y sin cambios" el plan de las seis naciones árabes del Golfo que fija un máximo de 30 días para que transfiera el poder a su vicepresidente, quien luego deberá formar un gobierno de unidad.
El jefe de información de la agrupación gobernante en Yemen, Tarek Shami, aseguró a periodistas en esta capital que se respondió positivamente a los ministros de Relaciones Exteriores del CCG, que cursaron la propuesta el jueves último.
La iniciativa había sido cuestionada inicialmente por el jefe de Estado, que dijo rechazar cualquier intromisión en los asuntos internos de esta nación, la más pobre del mundo árabe, pero luego la arropó, aunque con algunas reservas.
Presionado por manifestaciones multitudinarias iniciadas el 27 de enero, Saleh intentó tranquilizar a sus adversarios anunciando que no se postularía a un nuevo mandato cuando expirara el actual, en 2013, y luego accedió a dejar el cargo a finales de este año.
La oposición, sin embargo, le reclamó poner fin de inmediato y de forma incondicional a sus 32 años de gobierno, de ahí que haya objetado en un principio el plan del CCG, porque no dejaba claro los plazos para concretar la pretendida transición.
Un elemento que hasta ahora hacía inviable la iniciativa del Golfo era la inmunidad que otorga al presidente, lo que terminaron por admitir los opositores, pese a que pretendían juzgar a Saleh por la muerte de más de 300 personas durante las protestas, según sus cifras.
Shami exhortó a los partidos políticos contrarios al Gobierno de Sanaa a acatar el pacto, para que pueda ponerse en práctica.
Por su lado, el portavoz de la oposición, Mohamed Qahtan, aseguró que lo avalan, aunque habrá que conversar al respecto y prevalece la falta de confianza para formar un gobierno de unidad que mantenga a elementos del régimen que desean desmantelar.
Saleh y su partido, el Congreso General Popular (CGP), avalaron "en su totalidad y sin cambios" el plan de las seis naciones árabes del Golfo que fija un máximo de 30 días para que transfiera el poder a su vicepresidente, quien luego deberá formar un gobierno de unidad.
El jefe de información de la agrupación gobernante en Yemen, Tarek Shami, aseguró a periodistas en esta capital que se respondió positivamente a los ministros de Relaciones Exteriores del CCG, que cursaron la propuesta el jueves último.
La iniciativa había sido cuestionada inicialmente por el jefe de Estado, que dijo rechazar cualquier intromisión en los asuntos internos de esta nación, la más pobre del mundo árabe, pero luego la arropó, aunque con algunas reservas.
Presionado por manifestaciones multitudinarias iniciadas el 27 de enero, Saleh intentó tranquilizar a sus adversarios anunciando que no se postularía a un nuevo mandato cuando expirara el actual, en 2013, y luego accedió a dejar el cargo a finales de este año.
La oposición, sin embargo, le reclamó poner fin de inmediato y de forma incondicional a sus 32 años de gobierno, de ahí que haya objetado en un principio el plan del CCG, porque no dejaba claro los plazos para concretar la pretendida transición.
Un elemento que hasta ahora hacía inviable la iniciativa del Golfo era la inmunidad que otorga al presidente, lo que terminaron por admitir los opositores, pese a que pretendían juzgar a Saleh por la muerte de más de 300 personas durante las protestas, según sus cifras.
Shami exhortó a los partidos políticos contrarios al Gobierno de Sanaa a acatar el pacto, para que pueda ponerse en práctica.
Por su lado, el portavoz de la oposición, Mohamed Qahtan, aseguró que lo avalan, aunque habrá que conversar al respecto y prevalece la falta de confianza para formar un gobierno de unidad que mantenga a elementos del régimen que desean desmantelar.
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