El satélite Integral de la ESA, un observatorio espacial de rayos gamma, ha sido capaz de detectar partículas un milisegundo antes de que quedasen sumidas en un agujero negro. Según sus observaciones, parte de estas partículas pueden escapar de la fuerza de este 'sumidero' cósmico.
Los astrónomos han observado que a cientos de kilómetros de la superficie de los agujeros negros, el espacio se convierte en una vorágine de partículas y radiación. Hay auténticos torrentes de moléculas de gas que caen hacia el interior del agujero a velocidades próximas a la de la luz, de forma que se calientan hasta millones de grados.
Las partículas quedan atrapadas en esta trampa mortal en cuestión de milisegundos, pero una pequeña fracción de ellas podría tener la oportunidad de escapar. Al menos así lo creen los astrónomos: tras analizar los datos de Integral mantienen que en esta región hay una compleja red de campos magnéticos que no había sido detectada hasta ahora, según informa la ESA.
Estos campos tienen una compleja estructura que forma una especie de túneles por los que algunas partículas logran huir del pozo gravitatorio.
Este fenómeno, que hasta ahora no se creía posible, ha sido observado en el sistema binario bautizado como Cygnus X-1, a 8.000 años luz de la Tierra, en la Constelación del Cisne. Para ello se utilizaron los datos captados por el instrumento IBIS de satélite europeo. En este sistema, la fuerza de gravedad del agujero negro está desmembrando la estrella que lo acompaña, según comprobó el equipo de Philippe Laurent, investigador del CEA en Saclay (Francia).
Las pruebas que realizaron indican que el campo magnético es suficientemente fuerte como para arrancar partículas del pozo gravitatorio y bombearlas hacia el exterior, proyectando un chorro de materia en el vacío del espacio.
Ocho años de Integral
Desde que fue lanzado en 2002, desde Baikonur, las observaciones de Integral, que da una vuelta a la Tierra cada 72 horas, ya suman cinco millones de segundos. Es el equivalente a tardar dos meses en tomar una foto, manteniendo el objetivo abierto.
Laurent reconoce que aún no se comprende exactamente cómo la materia que cae en el agujero negro termina siendo arrastrada por estos chorros. "Hay un gran debate entre los teóricos, pero sin duda estas observaciones les ayudarán a alcanzar un consenso", comenta el astrónomo francés.
Hace tiempo que ya se conocen los chorros de partículas en torno a los agujeros negros, gracias a los radiotelescopios, pero no se sabía a qué distancia estaban del centro. "Descubrir una radiación polarizada en los chorros emitidos por un agujero negro es un gran avance que demuestra que Integral, la misión de la ESA encargada de observar las bandas de alta energía del espectro electromagnético, continúa generando resultados clave ocho años después de su lanzamiento", concluye Christoph Winkler, Científico del Proyecto Integral para la ESA.
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