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domingo, 2 de enero de 2011

Entra en vigor la nueva norma antitabaco Nuevos 'aires', por Ley


Se acabó llegar a casa oliendo a tabaco después de una noche de juerga. Se terminó encender un pitillo tras otro durante las sobremesas de restaurantes o comer menú del día 'ahumado' por culpa de los cigarrillos. Se pone fin a la posibilidad de calmar la ansiedad de volar en avión o los nervios por la operación de un ser querido con un último cigarro antes de embarcar o a las puertas del hospital. A partir de hoy España es, por Ley, un país libre de humo, donde la señal de prohibido fumar se extiende casi por todas partes.

La nueva norma es, para algunos, "demasiado prohibicionista"

Ni en bares ni en discotecas ni en restaurantes. Ni en el bingo ni en el casino. Ni en las estaciones de autobuses, de trenes o de metro. Ni en los aeropuertos. Ni mucho menos en un recinto hospitalario. Los espacios para dar una calada a un cigarro se reducen a la mínima expresión. A las personas fumadoras sólo les queda el ámbito privado -sus casas o las de amigos- o pasar frío o calor en la calle para aspirar a gusto su dosis de nicotina. Estos, junto con las excepciones de las cárceles, los centros psiquiátricos y de discapacitados, las residencias de mayores, las terrazas y los clubes de fumadores, son los únicos lugares donde se podrá encender un pitillo sin incumplir la ley.

"Es una de las medidas de salud pública más importantes de los últimos años", dice a ELMUNDO.es Víctor López, cardiólogo y cofundador del Comité Nacional para la Prevención del Tabaquismo (CNPT) sobre la reforma que el Congreso aprobó el pasado 21 de diciembre. "Sin duda, salvará vidas", afirma este médico.

Pero hasta llegar aquí han pasado 15 años de debates y la cartera de Sanidad ha cambiado de manos siete veces hasta que se ha dado luz verde a la actual ley, similar a la de otros países como Irlanda, pero tachada de excesivamente 'prohibicionista' por algunos sectores.

Lo más difícil, reconoce Rodrigo Córdoba, portavoz del CNPT, "ha sido tener que luchar contra unos enormes intereses económicos que presionan mucho al Gobierno". Coincide con él López, para quien "enfrentarnos con el lobby de la industria tabaquera y de la hostelería ha sido duro, porque la economía siempre prevalece sobre la salud, que es un tema que no está nunca en la agenda de los políticos".

Los datos

"La economía prevalece siempre sobre la salud, que es un tema que no está en la agenda política"

Cada año mueren en España 5.000 fumadores pasivos; el tabaquismo causa 161 fallecimientos al día; 800.000 trabajadores de hostelería están expuestos a la fuerza a los efectos nocivos de los cigarrillos. "Los datos han estado siempre ahí", dice María Ángeles Planchuelo, presidenta de este comité.

Pero frente a estas cifras están las que esgrime la Federación Española de Hostelería, que anuncia pérdidas del 10% en la facturación y que 150.000 empleados se irán a la calle. Unos augurios que desmienten los informes realizados en otros países donde con leyes similares como Francia, Irlanda o Reino Unido, donde la afluencia de público no sólo no disminuyó sino que creció y, por tanto, también los ingresos.

De ministro a ministro

Recuerda Víctor López que empezaron a contar las bondades de una vida sin humos en los tiempos en los que el sillón del Ministerio de Sanidad lo ocupaba el popular José Manuel Romay Beccaría (1996). Pero durante esa etapa y la posterior, con Celia Villalobos al frente, la prohibición de fumar ni se planteaba.

La idea empezó a rondar en la época de Ana Pastor, que llegó al Ministerio en 2002, pero el proyecto finalmente quedó en un cajón hasta que, en 2004, Elena Salgado cogió el toro por los cuernos, declaró la guerra a los cigarros e impulsó la primera ley al respecto, que entró en vigor en enero de 2006.

Sin embargo, la norma pronto demostró sus lagunas y cuando Bernat Soria llegó al cargo un año después ya se encontró con peticiones para que la endureciera. Pero él prefirió no meterse en camisa de once varas y no adoptó ninguna medida al respecto. Fue Trinidad Jiménez la que consideró cuando fue nombrada Ministra de Sanidad en 2009 que España estaba "madura para prohibir fumar en todos los espacios públicos" y convirtió este objetivo en un empeño personal.

Inició los debates para elaborar la reforma de la ley. Pero, cosas de la política y de partido, su trayectoria profesional dio un giro antes de que viera aprobado su proyecto. Así que la ministra a la que se le atribuirá el hecho de convertir España en un país sin humos es Leire Pajín, actual titular de Sanidad, para quien esta ley "es un paso decisivo para la defensa de la salud pública. Una ley que hace historia".

El cumplimiento

Una de las mayores dudas sobre esta nueva norma es si se cumplirá. De hecho, la propia ministra de Sanidad, Leire Pajín, reconoció que "no será fácil ni inmediato adaptarse a ella". De hecho, uno de los principales problemas de la ley de 2006 fue su falta de cumplimiento. Sólo 40.000 de los más de 350.000 locales de ocio de España prohibieron fumar entonces y aún así fueron poco estrictos con su clientela fumadora.

Sin embargo, los miembros del CNPT son más optimistas ahora. "La probabilidad de que esta ley se cumpla es mucho más alta, porque no deja lugar a interpretaciones ni es ambigua", explica Córdoba, que no cree que se den situaciones como la que ocurrió hace cuatro años con la Comunidad de Madrid, que rebajó la ley del Gobierno. Además, en esta ocasión la presidenta de esta Comunidad, Esperanza Aguirre, ya ha dicho que cumplirá estrictamente.

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