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lunes, 6 de diciembre de 2010

El mercurio altera el comportamiento sexual de algunas aves


El mercurio es uno de los elementos más tóxicos. La UE prohibirá su uso y su comercialización a partir de marzo de 2011 ya que diferentes estudios han demostrado sus efectos nocivos para la salud de personas y animales.

Una nueva investigación realizada por científicos de la Universidad de Florida (EEUU) y de Peradeniya (Sri Lanka) sostiene que el mercurio no sólo afecta a la salud de los animales sino que puede alterar el comportamiento sexual de ciertas aves.

El estudio, publicado esta semana en Proceedings of the Royal Society B. (PNAS), se llevó a cabo con ejemplares de ibis blanco del sur de Florida, un ave zancuda de aproximadamente medio metro de altura.

Los machos expuestos a mercurio en su dieta, incluso en dosis bajas, preferían mantener relaciones sexuales con otros animales de su mismo sexo en lugar de con hembras. Como consecuencia de ello, nacieron menos crías en la colonia. En concreto, la puesta de huevos se redujo en un 30%.

Un experimento de tres años

Según Peter Frederick y Nilmini Jayasena, autores de esta investigación, se trata de la primera vez que se comprueba que un agente tóxico puede cambiar las preferencias sexuales de un animal. Hasta ahora otros estudios habían detectado que ciertos compuestos químicos pueden 'feminizar' a los machos o reducir su fertilidad, aunque seguían prefiriendo a las hembras a la hora de copular.

El experimento se llevó a cabo durante tres años con unos 200 ibis blancos recién nacidos en Florida, que fueron divididos en cuatro grupos en un recinto circular de 1.200 metros cuadrados. Se trata de una especie acostumbrada a vivir en comunidad por lo que la disposición de las aves se hizo intentando reproducir su hábitat natural para fomentar su reproducción.

Tres de los grupos fueron alimentados con comida que contenía diferentes dosis de metilmercurio (MeHg), un compuesto tóxico que se concentra en el organismo y en la cadena alimenticia. La comida con mercurio se les empezó a administrar cuando habían cumplido 90 días. El cuarto grupo no estuvo expuesto a esta sustancia tóxica.

Menos crías

Los científicos comprobaron que los tres grupos que consumieron metilmercurio tuvieron comportamientos homosexuales con mucha más frecuencia que las aves que no estuvieron expuestas a este elemento. El porcentaje más alto de relaciones con individuos de su mismo sexo (55%) se dio en el grupo que consumió una dosis más alta.

La investigación advierte que la contaminación por metilmercurio puede mermar la población de estos animales.

Los autores ven probable que otras aves reaccionen de forma similar al ibis blanco, aunque no creen que estos efectos se den en otras especies animales.

Según explicaron a la revista 'New Scientist', se han llevado a cabo varios estudios de larga duración sobre los efectos en humanos, y en ninguno de ellos se han encontrado indicios de que el mercurio pueda afectar el comportamiento sexual de las personas.

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