La maraña de altibajos que se prevé en los resultados de las elecciones del 28 de noviembre ?con el tripartito estrellándose, CiU en mayoría y la irrupción de soberanistas? provoca que los partidos catalanes se esfuercen más que nunca en atraer a votantes ajenos. Con pudor cero.
Con la encuesta publicada ayer por EL PAÍS que les otorga 61 escaños, el jefe de campaña de CiU, David Madí, celebró ayer que "la ciudadanía tenga amortizado el tripartito" y vaticinó que la campaña consistirá en "todos contra CiU", aunque está seguro de que la subida llegará también de "ex votantes de CiU y de votantes socialistas y de ERC".
La respuesta socialista al sondeo llegó del portavoz del partido, Miquel Iceta, que llamó a votar y a "hacer un esfuerzo para remontar". El jefe de campaña del PSC, Jaume Collboni, explica la llamada al "voto central, que suma consensos" y la reivindicación de la figura del presidente Pujol "por su sentido de Estado, como tiene Montilla, lejos de aventuras soberanistas, que da estabilidad y es pragmático".
Marc Rius, jefe de campaña de ICV, considera que la prioridad es "movilizar al votante de izquierdas, tanto si son socialistas desconcertados ante la reforma laboral, como catalanistas que no consideran la independencia el único argumento". Por parte del tercer socio del tripartito, ERC, su portavoz, Ignasi Llorente, ve posibilidades tanto de "hacer un agujero en el PSC", donde hay un sector catalanista que no se siente cómodo con las votaciones en Madrid, como en los izquierdistas "no dogmáticos" que suelen votar ICV; como en "los votantes de izquierdas de CiU, que los hay". Respecto a la sombra que puedan hacer las plataformas soberanistas, Llorente apela a la ERC como "referente en el independentismo de izquierdas".
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