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sábado, 10 de abril de 2010

Cataluña recurre a los médicos extranjeros para cubrir vacantes

¿Cuántos médicos faltan en Cataluña? Esta es la pregunta que se formulan regularmente la Administración catalana y todos los colectivos sanitarios, desde el colegio de médicos hasta las dos patronales hospitalarias y los sindicatos. Y nadie sabe responderla porque sencillamente no existe un registro oficial y ante la falta de datos -sólo el Instituto Catalán de la Salud conoce los suyos- tampoco pueden realizarse prospecciones futuras.

No obstante, hay algunos elementos ciertos y demostrables. Primero, Cataluña ha tenido que recurrir a los facultativos extranjeros -sobre todo suramericanos- para cubrir las vacantes por la escasez de autóctonos. Segundo, la alta nota de corte que piden las facultades catalanas frena la entrada de muchas vocaciones. Tercero, el Departamento de Salud admite que, según sus cálculos, el 10% de los médicos de familia en Cataluña están sobresaturados, pues tienen asignados 1.700 pacientes cada uno (cuando lo idóneo sería 1.500). Y cuarto, Cataluña, en comparación con los países de la OCDE, tiene una de las ratios más elevadas de facultativos por habitante: 3,7, frente a los 3 de media. A pesar de ello, el déficit de algunas especialidades médicas persiste como mal endémico: en Cataluña faltan médicos de familia, anestesistas, ginecólogos, pediatras y psiquiatras, y principalmente, enfermeras. Cataluña debería tener el doble de técnicos sanitarios y alcanzar los 1.200 por 100.000 habitantes. En la actualidad tiene la mitad (613).

Cataluña no es una isla en su entorno y ha sufrido, como el resto de las comunidades españolas y los países europeos, dos fenómenos que lastran su sistema público de salud: el envejecimiento de la población y la llegada masiva de inmigrantes. El número de tarjetas sanitarias en Cataluña supera los siete millones y el incremento en los últimos cinco años supera el medio millón. Pero además tiene una de las ratios más elevadas de frecuentación al médico: nueve visitas por persona y año (7,02 en el ICS), frente a las 2,7 de países como Suecia. Pese a ello, los usuarios valoran con notas superiores al 8 el sistema de salud.

El número de facultativos extranjeros en el Colegio de Médicos de Barcelona (véase el cuadro adjunto) no ha parado de crecer en una década y el año pasado ya representaron más del 57% de los colegiados. Respecto al total, suman el 15,6%. Y eso que los procesos de homologación de títulos y especialidades médicas, que dependen del Ministerio de Sanidad, son lentísimos, pesados y excesivamente burocratizados. Con todo, las dos patronales hospitalarias de Cataluña -Consorci y Unió- y los centros privados han recurrido a los médicos extranjeros para cubrir las vacantes. Un médico de la XHUP (hospitales concertados con el sistema público) puede cobrar unos 7.000 euros menos que uno del ICS.

Mientras tanto, el Instituto Catalán de la Salud ha incrementado sus plantillas hospitalarias el 25,6% desde 2003 y las de atención primaria el 14,64%. Sin embargo, estos datos incluyen también el personal no facultativo. Desde esa fecha, el ICS ha contratado a 3.203 médicos, según los datos proporcionados por la consejera de Salud, Marina Geli, el jueves en el Parlament. A pesar de ello, siete comunidades autónomas españolas superan a Cataluña en número de facultativos por habitante.

8Marc Soler, director corporativo del Colegio de Médicos de Barcelona, asegura que en teoría Cataluña no debería tener déficit de facultativos, pues posee una de las ratios más elevadas de Europa. Sin embargo, critica que dos de cada tres jóvenes se queden fuera de las facultades de medicina por la elevada nota de corte y después Salud deba recurrir a los médicos extracomunitarios para solventar el déficit de personal. "No tiene sentido que tengamos una limitación tan pronunciada de plazas universitarias por culpa de las restricciones presupuestarias", agrega. Carmen Navarro, secretaria general de la Federación de Sanidad de Comisiones Obreras y médico de profesión, se queja de que la Administración "no planifique en función de las necesidades poblaciones, sino económicas, a veces según las de un grupo de presión". "Los criterios economicistas que imperan en el ámbito sanitario nos tienen amargados a todos", abunda Navarro.

Mateu Huguet, director del Centro de Estudios de la Salud, admite que en Cataluña faltan médicos, "pero tampoco es un drama, nos vamos apañando, aunque somos conscientes de que tenemos un problema", precisa. Huguet enumera las especialidades más demandadas: medicina de familia, pediatría, anestesiología, tocoginecología y psiquiatría. Sin embargo, Marc Soler matiza: "Si la oferta de empleo es buena, está bien remunerada, otorga plena autonomía de gestión y decisión, y concilia la vida laboral y familiar, se cubren todas, sean de la especialidad que sean".

Según los cálculos del Departamento de Salud refrendados por Huguet, Cataluña no necesitará muchos más médicos en el periodo 2015-2020 si se toman algunas medidas de salud pública y prevención. Por ejemplo, las nuevas tecnologías desempeñarán un papel destacado para suplir recursos humanos, y campañas de autocura, de fomento de nutrición responsable y de ejercicio físico ayudarán a incrementar el estado de salud de los catalanes. A pesar de ello, la Generalitat ha creado un grupo de expertos para analizar las necesidades futuras de la sanidad pública catalana, no sólo en personal, sino también en recursos. De momento, no se van a construir más hospitales de los ocho actualmente existentes que dependen del ICS.

No obstante, la planificación requerirá primero un análisis de la realidad y ahora mismo Salud desconoce cuántos médicos, especialistas y enfermeros existen en Cataluña, así como su distribución geográfica y lugar de trabajo. Para ello, antes del verano se pondrá en marcha el registro de especialidades, con más de un año de retraso, pues Marina Geli anunció que estaría funcionando en enero de 2009.

El software ya está creado, con fondos del Ministerio de Sanidad, y sólo falta publicar el decreto de autorización. El retraso, según Huguet, es achacable a la estricta legislación sobre protección de datos, pues el registro no incorporará datos que puedan suscitar el fichaje de profesionales entre empresas. Los tribunales, por ejemplo, bloquearon el registro andaluz por facilitar datos personales.

El registro incluirá datos de afiliación, que proporcionarán los colegios de médicos, laborales y de la misma Administración autonómica. Constará de 14 parámetros de cada profesional (médicos, especialistas y otras profesiones, como técnicos de laboratorio, de anatomía patológica, etcétera).


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