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lunes, 7 de diciembre de 2009

LA CONFORMACION DEL NUEVO GOBIERNO

Por Constanza Moreira *
A una semana de las elecciones, los movimientos relativos a la conformación del nuevo gobierno han sido muchos y complejos. Más allá de las equívocas señales de algunos órganos de prensa, ocupados en dar la primicia de nombres y cargos, lo cierto es que esta ha sido la tónica de esta semana.
Los tiempos, sin embargo, le dan al nuevo gobierno un margen de holgura para tomar decisiones. El gabinete de Tabaré Vázquez tuvo que armarse con presteza por la urgencia de afrontar un gobierno "de estreno", sin garantía de una transición más o menos ordenada, lo que se combinaba con la necesidad de acometer algunas tareas prioritarias para enfrentar los estragos de la crisis de 2002 (como el Plan de Emergencia). Estos elementos no están presentes ahora.
La situación económica aparece como relativamente estable y la bonanza de los años pasados le han proporcionado a Uruguay una suerte de "colchón" con el que puede amortiguar, al menos por un tiempo, los efectos de la crisis mundial. Las bases fundamentales de la política macroeconómica, trazada durante el gobierno de Tabaré Vázquez por el futuro vicepresidente, no parece que vayan a ser cambiadas. Y sentarlas le significó al Frente Amplio un esfuerzo considerable y complejo, no exento de problemas. Sobre esta base se estructuran, además, buena parte de las políticas sociales y reformas que ya fueron realizadas durante el gobierno pasado y las que el próximo deberá terminar de consolidar, implementar o ampliar. Tal es el caso de la reforma de salud, la nueva Ley de Educación, el Plan de Equidad, o la reforma tributaria.
Asimismo, el propio presidente Vázquez ha acometido la tarea de organizar la transición de un gobierno a otro y es esperable que la misma se produzca con la mayor prolijidad posible. De cualquier manera, el hecho de tratarse del traspaso de gobierno dentro de un mismo partido, allana y hace más fluido el propio proceso de transición. A ello se suma que los principales liderazgos dentro del Frente Amplio no han cambiado (lo cual es una señal a un tiempo tranquilizador y preocupante, dado que evidencia las dificultades de renovación del Frente Amplio) y por consiguiente, muchas personas que asumieron tareas de importancia en el anterior gobierno se repiten en el próximo (incluyendo a los propios Mujica y Astori).
Sin embargo, el Frente Amplio enfrenta hoy, como enfrentó hace cinco años, las dificultades de un armado de gobierno, que tienda a representar las complejidades del equilibrio interno de un partido de izquierda de un porte y diversidad considerables. La postura de Tabaré Vázquez de armar un gobierno tomando en cuenta el equilibrio de los sectores parece reproducirse ahora. Sólo que el peso de los sectores ha cambiado en estos cinco años. Y además, un Frente Amplio únicamente basado en los sectores, a la vista de la existencia de un "frenteamplismo independiente" que se reveló, en esta elección, como una corriente de movilización importante, no parece ser lo ideal a reproducir hacia el futuro (y recordemos, esta vez que el armado del gobierno tendrá impactos sobre el funcionamiento del Frente Amplio, como lo tuvo en el período anterior).
Finalmente, ha tomado cuerpo la idea de que además del equilibrio sectorial, debe pesarse la idoneidad técnica, moral y política de quienes ocupen los cargos y, finalmente, el género y la edad.
El primer gabinete que conformó el actual gobierno al inicio de su gestión, en 2005, recupera a todos los líderes de las fracciones del Frente Amplio y les asigna cargos ministeriales. Es así que los líderes de las principales fracciones del FA quedan a cargo de una cartera cada uno. Esto sucede con el Partido Comunista (Ministerio de Desarrollo Social), con la Vertiente Artiguista (Ministerio de Vivienda), con el Movimiento de Participación Popular (Ministerio de Ganadería), con el Partido Socialista (Ministerio de Relaciones Exteriores) y con Asamblea Uruguay (Ministerio de Economía). Los "hombres y mujeres de confianza del Presidente" representaron aproximadamente un 15% del primer gabinete del Frente Amplio.
En el total del período, un 24% de los ministros fueron del Partido Socialista, un 14% del MPP, un 4% de Asamblea Uruguay, un 12% de Alianza Progresista, un 7% del Partido Comunista, un 21% de Vertiente Artiguista y un 14% fueron independientes o personas de confianza del Presidente. Es importante señalar que el llenado de las subsecretarías (o del segundo en el Ministerio) con representantes de un partido diferente fue una práctica habitual y ayudó a equilibrar la participación de los sectores en el gabinete.
Pero el gabinete de Vázquez realizó una innovación radical con respecto a la práctica política de los anteriores gobiernos (también basados en la idea de que el gabinete se forma atendiendo a los equilibrios de los sectores del partido o de los partidos de la coalición), incorporó mujeres a los ministerios. En el primer período se incorporaron tres ministras: Azucena Berrutti (Defensa), Marina Arismendi (Mides) y María Julia Muñoz (Salud). En los años 2007 y 2008, el gabinete se vio incrementado en la participación femenina con la incorporación de María Simon (Educación) y Daisy Tourné (Interior). Estas decisiones, sin embargo, fueron competencia exclusiva del Presidente, ya que difícilmente ­con la excepción del Partido Comunista­ los sectores del Frente Amplio propondrían mujeres en los cargos de decisión. Fue de competencia del Presidente la elección de un gabinete con representación de mujeres. Tanto es así que la mayoría de las mujeres que entraron al gabinete fueron de confianza personal del Presidente y no representantes del partido (como el caso de Azucena Berrutti, María Julia Muñoz o María Simon).
Entre los cálculos de armado del gabinete del actual gobierno, se está privilegiando el peso de los sectores del FA, aunque habrá también representantes "independientes". En este sentido, hay un cambio en los pesos y equilibrios relativos a ser tomados en cuenta. El Frente Amplio tiene hoy dos grandes bloques y algunos partidos "bisagra" entre los mismos. Por un lado, está el MPP y sus "aliados" (el principal es el Partido Comunista). Por otro lado, está el Frente Líber Seregni (agrupa al Nuevo Espacio, la Alianza Progresista y Asamblea Uruguay). Un tercer espacio está conformado por el Partido Socialista y la Vertiente Artiguista. En 2004, los principales partidos del Frente Amplio, eran, desde el punto de vista electoral, el MPP, el Partido Socialista, Asamblea Uruguay y la Vertiente Artiguista. Hoy, el equilibrio es más complejo. No hay un líder "suprapartidario", sino que la representación de los sectores está dentro de la propia fórmula presidencial.
Pero el equilibrio de los sectores no lo es todo y por muy compleja que pueda ser esta tarea, insistimos en que la idoneidad técnica, moral y política de los cargos ejecutivos debe ser un elemento importante a tener en cuenta. Asimismo, y como criterio de "representación" de los equilibrios de la fuerza política, el nuevo gobierno no puede dar señales de retroceso respecto a las investiduras femeninas en el gabinete. Ello sólo lo puede hacer la fórmula presidencial, ya que, como se vio en el caso del gabinete de Vázquez (y con las propias listas que se presentaron en octubre), difícilmente los sectores incorporen la idea de presentar mujeres a los cargos más importantes. Seguramente, la presentarán para los cargos intermedios. Pero si en el futuro gabinete hubiera menos de tres mujeres, seguramente sería una mala señal. Y lo sería no sólo dentro, sino fuera de fronteras, en una región donde las mujeres están cada vez más ocupando cargos de mayor relevancia.
* Politóloga. Universidad de la República

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