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lunes, 6 de julio de 2009

Según la policía, son 2 los muertos en Honduras


"Hemos enviado a un valiente piloto de combate que ha logrado lo que queríamos". Nada más abandonar el espacio aéreo hondureño con Zelaya abordo y con un joven de 19 años aún sobre el suelo, Chávez celebró su victoria sobre el gobierno golpista. "Ha sido una gran victoria moral, no se atreven a tocarle un pelo a Zelaya pero arremeten contra el pueblo" dijo el bolivariano. Estaba exultante después de la exhibición aérea de su hombre.
Sin embargo inicialmente el plan previsto era otro. Zelaya viajaría a Tegucigalpa junto al secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA), José Miguel Insulza y los presidentes de Argentina, Cristina Kirchner de Ecuador, Rafael Correa y de Paraguay, Fernando Lugo. Pero los cambios a última hora en la composición de la tripulación terminaron de dar la primera pista. Los mandatarios se bajaban y a cambio incorporaban a Miguel D’Escoto presidente de la Asamblea General de ONU y ex ministro sandinista de Exteriores.
El vuelo se haría en un avión de la petrolera estatal venezolana Citgo, "un avión propiedad del ALBA", dijo Chávez, y para ello se escogió a un "valiente piloto de combate". Un hombre experto para una operación que pintaba mal y podía salir peor. Se trataba de aterrizar donde no le dejaban.
El avión inicialmente despegó de Washington con una hoja de vuelo que apuntaba a El Salvador, aunque finalmente enfiló hacia Honduras. Aquí le había prohibido el aterrizaje pero Zelaya pidió a su gente que acudiera a recibirlo y fue cuando la multitud se concentró frente a una enclenque valla metálica protegida por el Ejército y los francotiradores.
La aeronave apareció y dio dos amenazantes vueltas sobre Toncontín (aeropuerto de Tegucigalpa), fue entonces cuando varios camiones ocuparon la pista y abortaron cualquier posibilidad para tomar tierra.
Entre el piloto y el jefe de la torre de control comenzó entonces una discusión que amenazó con derribar el avión de Zelaya si no abandonaba el espacio aéreo de la capital, reconoció el propio piloto, en conversación en directo con 'Telesur'. Un funcionario, desde la torre de control, confirmó a otro periodista de un medio internacional que "todo lo que aparecía en el radar acababa de desaparecer". La tensión se cortaba tanto en el cielo, con los helicópteros del ejercito hondureño sobrevolando alrededor, como en la tierra donde el enfrentamiento entre seguidores de Zelaya y el Ejército había dejado su primera víctima.
"No pudimos llevar a cabo nuestro plan que era tomar la pista despejar de camiones el aeropuerto para poder aterrizar" confesó Zelaya desde el avión poco antes de que la aeronave se perdiera en el cielo camino de Managua.
Por otra parte, el secretario general de la Secretaría General Iberoamericana, Enrique Iglesias, ha afirmado que todo lo que está sucediendo en Honduras constituyen "hechos desgraciados y tristes" que suponen una "injusticia respecto a todo lo que ha hecho la región en recuperar la democracia" durante los últimos 20 años, informa Juan E. Maíllo.
"Esto nos hace daño", ha lamentado Iglesias, que ha intervenido en un curso organizado en la Universidad Internacional Menéndez Pelayo (UIMP) por el Banco Santander.
"Espero que la situación se arregle rápido. No es justo que tengamos esta experiencia", ha agregado el secretario general iberoamericano. Ha confiado en que, en un proceso "dinámico que cambia por horas", el diálogo fluya y "nos saque de este pozo".

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