La adicción al tabaco puede llegar a suponer un sobrecoste medio de más de 23.000 euros en la vida de un fumador, si se tienen en cuenta los gastos sanitarios y el recorte de la vida y la productividad laboral que conllevará este hábito, según un estudio de la Agencia de Salud Pública de Barcelona (ASPB). La ASPB ha publicado en Gaceta Sanitaria un estudio en el que se analiza la eficiencia del programa de prevención del tabaquismo en escolares PASE.bcn que desde 1992, se aplica voluntariamente en las escuelas para prevenir el tabaquismo, y en el que han participado una media de 6.700 alumnos por año, con una efectividad del 4,5%.
Según el estudio, elaborado por la experta Anna García-Altés, de la Agencia de Salud Pública de Barcelona, este programa preventivo genera un beneficio para la sociedad muy superior a sus costes. Así, indican, si en 2005, los gastos de personal, diseño y material de esta medida preventiva fueron de 68.526 euros, los beneficios estimados para la sociedad en caso de que el programa tuviera tan sólo una efectividad del 1% ascendieron a 1.558.311 euros. Bajo un criterio conservador y suponiendo que el programa PASE.bcn evitara que 67 escolares se hagan fumadores (un 1% de los 6.700 anuales), su menor consumo de recursos sanitarios equivaldría a un beneficio directo de 1.997 euros por fumador evitado. Además, el estudio ha tenido en cuenta también los beneficios indirectos que comporta la prevención del tabaquismo, en lo que a la actividad laboral se refiere.
La mayor productividad de una persona no fumadora genera unas ganancias de 7.212 euros y su mayor esperanza de vida laboral comporta a su vez unos beneficios de 14.047 euros, sumando un total de 21.259 euros de beneficios indirectos. De esta manera, PASE.bcn genera unos beneficios anuales para la sociedad 22,74 veces superiores a su coste. Si se tiene en cuenta el porcentaje del 4,6% de nuevos fumadores que evita el programa preventiva en las escuelas, la razón coste-beneficio de estas actuaciones aumenta en un 400%.
A juicio de la Agencia, los resultados justifican la aplicación universal de este tipo de medidas, cuyos costes de ejecución son moderados en comparción con los enormes beneficios futuros para el sistema sanitario y para el sector productivo. Este organismo, recalca que cada euro que se invierte en programa de prevención, ya sea de consumo de cannabis o control de caries, revierte de media en un beneficio de cincuenta. Según datos de una encuesta de la ASPB, hecha sobre 6.000 ciudadanos, en Barcelona ya existe un mayor porcentaje de varones ex fumadores (33%) que de fumadores (27,8%), mientras que en el caso de las mujeres las fumadoras aún superan a las ex fumadoras, aunque por una escasa décima, 20,3% por 20,2%.
Desde la Agencia de Salud Pública de Barcelona, señalan que mientras el consumo de tabaco está bajando de forma considerable, en en las mujeres adultas se mantiene estable, como consecuencia de que se incorporaron más tarde a estos hábitos, por lo que los efectos de los programas de intervención se notarán más tarde.
Según el estudio, elaborado por la experta Anna García-Altés, de la Agencia de Salud Pública de Barcelona, este programa preventivo genera un beneficio para la sociedad muy superior a sus costes. Así, indican, si en 2005, los gastos de personal, diseño y material de esta medida preventiva fueron de 68.526 euros, los beneficios estimados para la sociedad en caso de que el programa tuviera tan sólo una efectividad del 1% ascendieron a 1.558.311 euros. Bajo un criterio conservador y suponiendo que el programa PASE.bcn evitara que 67 escolares se hagan fumadores (un 1% de los 6.700 anuales), su menor consumo de recursos sanitarios equivaldría a un beneficio directo de 1.997 euros por fumador evitado. Además, el estudio ha tenido en cuenta también los beneficios indirectos que comporta la prevención del tabaquismo, en lo que a la actividad laboral se refiere.
La mayor productividad de una persona no fumadora genera unas ganancias de 7.212 euros y su mayor esperanza de vida laboral comporta a su vez unos beneficios de 14.047 euros, sumando un total de 21.259 euros de beneficios indirectos. De esta manera, PASE.bcn genera unos beneficios anuales para la sociedad 22,74 veces superiores a su coste. Si se tiene en cuenta el porcentaje del 4,6% de nuevos fumadores que evita el programa preventiva en las escuelas, la razón coste-beneficio de estas actuaciones aumenta en un 400%.
A juicio de la Agencia, los resultados justifican la aplicación universal de este tipo de medidas, cuyos costes de ejecución son moderados en comparción con los enormes beneficios futuros para el sistema sanitario y para el sector productivo. Este organismo, recalca que cada euro que se invierte en programa de prevención, ya sea de consumo de cannabis o control de caries, revierte de media en un beneficio de cincuenta. Según datos de una encuesta de la ASPB, hecha sobre 6.000 ciudadanos, en Barcelona ya existe un mayor porcentaje de varones ex fumadores (33%) que de fumadores (27,8%), mientras que en el caso de las mujeres las fumadoras aún superan a las ex fumadoras, aunque por una escasa décima, 20,3% por 20,2%.
Desde la Agencia de Salud Pública de Barcelona, señalan que mientras el consumo de tabaco está bajando de forma considerable, en en las mujeres adultas se mantiene estable, como consecuencia de que se incorporaron más tarde a estos hábitos, por lo que los efectos de los programas de intervención se notarán más tarde.
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