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sábado, 21 de marzo de 2015

Las costas europeas se preparan para la llegada de la ‘marea del siglo’

Las costas europeas se preparan para recibir en las próximas horas el fenómeno conocido como la marea del siglo, una corriente especialmente fuerte que responde a la inusual alineación del Sol y la Luna, cuyas masas atraen de forma excepcional las aguas en la misma dirección, funcionando como una suerte imanes sobre los mares. El término es, ciertamente, un poco abusivo, dado que no se produce cada cien años sino cada 18. De hecho, la última fue el 10 de marzo de 1997 y se espera que vuelva a repetirse el mismo mes en 2033 y 2051.
Lo que sí es verdad es que esta ocasión la gran marea va a ser en Francia todo lo fuerte que puede llegar a ser, debido al estrecho margen en que se han producido las condiciones que las originan. Un par de cifras: el Centro Hidrográfico Nacional de Francia (SHOM) estima que en puntos como la bahía de Saint Michel la marea del siglo alcanzará 119 puntos en la escala que se emplea para medir estos fenómenos costeros y cuyo rango de medición va de 20 a 120 puntos.
El SHOM calcula que en este punto de la costa francesa la marea subirá 14,15 metros, el equivalente a un edificio de cuatro plantas, cuando las mareas más altas que se registran anualmente (mareas vivas) no superan los 10,5. En cambio, durante las mareas muertas que se registrarán una semana más tarde, el próximo 28 de marzo, el nivel del mar en su punto más alto no subirá más de 4 metros (un coeficiente de 36 en la escala), según explica este organismo.
En España, sin embargo, las previsiones apuntan a que las mareas serán más altas de lo normal en los momentos de pleamar pero no aumentarán de forma considerable en relación con otras mareas altas que se producen a lo largo del año. Así, en puntos de la costa cantábrica como Santander, San Sebastián, Gijón, Ferrol o Finisterre, la subida será como máximo de 2,4 metros y de 2 en la cornisa atlántica norte, mientras que el coeficiente de marea será, como mucho, de 116.
En el caso de la costa atlántica andaluza, lo máximo que llegará a subir la marea en el momento de la pleamar serán 1,4 metros durante el sábado, 1,8 metros en Cádiz. La subida de las mareas se reducirá a un máximo de 40 centímetros en Málaga y en el resto de la costa mediterránea no se notará ninguna variación respecto a las pasadas semanas.
Donde se la espera con devoción es en el Monte Saint Michel, un imponente promontorio de granito en el centro de una bahía del noroeste de Francia convertido en célebre enclave turístico. El punto máximo de la crecida se producirá aquí a las 20.03 del sábado. Por primera vez en el siglo XXI, se sumergirá completamente la pasarela que conecta la costa con el pueblo medieval, clasificado como patrimonio de la humanidad por la Unesco desde 1979.
El fenómeno, que también dejará paisajes deslumbrantes en otros puntos de Normandía y Bretaña, generará importantes ingresos turísticos para la región donde se encuentra el Monte Sain-Michel, que cada año visitan más de tres millones de personas y solo aventajan en Francia la ciudad de París y el Palacio de Versailles.Si durante todo este primer fin de semana de la primavera europea la pleamar resulta extraordinaria, no lo es menos la bajamar, que en solo seis horas dejará sin agua planicies habitualmente sumergidas. Además de contemplar el magnífico paisaje salpicado de improvisados islotes, se puede disfrutar de la marea del siglo recogiendo moluscos y crustáceos de la arena de las playas cercanas a esa joya arquitectónica de la Baja Normandía francesa.

¿Por qué esta marea es excepcional?

Lo excepcional de esta marea del siglo en comparación con otras mareas vivas o incluso otras mareas del siglo se debe a la confluencia entre todos los factores que ejercen influencia sobre las mareas en un periodo corto de tiempo y estando estos en grados cercanos al máximo de su potencia.
Justo este viernes, la Tierra, la Luna y el Sol se han alineado, quedando estos dos últimos del mismo lado (lo que ha provocado el eclipse solar del viernes), por lo que las fuerzas de atracción que ejercen los dos cuerpos celestes sobre el mar terrestre se suman.
El mismo día ha tenido lugar el equinocio de primavera (momento del año en el que el día y la noche tienen la misma duración) y, además, la Luna está en fase de luna nueva (fase tras la que se producen las mareas mayores).
Por último, este viernes coincide con el perigeo lunar (el punto de la órbita de la Luna en que esta está más cercana a la Tierra) y el pasado 4 de enero ocurrió lo mismo con el Sol, por lo que este se encuentra todavía en una posición cercana al planeta.

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