Miles de uruguayos volvieron a pasar la jornada pendientes de su héroe Luis Suárez, después de una enorme victoria contra Italia marcada por un mordisco ya inscrito en la crónica de todos los Mundiales. La operación de menisco del delantero de Liverpool ya había sido objeto de los desvelos de la afición celeste, que ha vuelto a ver caer a su héroe, el artífice de la victoria contra Inglaterra que cimentó el pase a octavos de final de la selección.
Los 3,2 millones de habitantes de esta nación futbolera se sienten desde el martes protagonistas de un drama épico con repercusiones mundiales, la mayoría firmes en la defensa del jugador salteño. El presidente José Mujica se sumó al sentir general: "Yo no vi que Luis Suárez haya mordido a nadie", dijo durante una visita al departamento de Florida. "Le pegan cada patada y cada hachazo y se las banca (lo aguanta)", añadió el mandatario, convencido de que hay una “campaña” contra el jugador. “No lo elegimos para filósofo, ni para mecánico, ni para tener buenos modales. Es un excelente jugador”, concluyó Mujica.
La mayoría de los uruguayos se mostraron claramente en contra de cualquier sanción contra su jugador estrella, pero se crearon grupos de opinión con diferentes enfoques de la cuestión.
Mujica parece haberse unido al bando de los “negadores” (muy numerosos) que sostienen que no hubo mordisco alguno. Lo interesante de esta teoría son las insólitas explicaciones sobre cómo llegaron los dientes de Suárez al hombro de italiano Chiellini. Cuando se agota la lógica, la respuesta es la misma que utilizó la AUF (la Asociación Uruguaya de Fútbol) ante la comisión disciplinaria de la FIFA este miércoles, asegurando que no hay pruebas de la agresión.
En un escrito de 17 hojas que debería quedar grabado para disfrute y estudio de las generaciones futuras, los tres representantes de Uruguay en el contencioso plantearon: "Llevamos unas imágenes que hay de Chiellini sobre una factible lesión en esa zona de su hombro izquierdo. Por eso, pedimos un informe forense para saber si las imágenes que surgieron después del partido contra Uruguay se corresponden o no al mismo, o si el jugador italiano no tenía ya una lesión allí". ¿El primer informe forense por mordida de la historia de un Mundial?
En el segundo grupo, el más numeroso, están aquellos que condenan el mordisco y lo aceptan, pero consideran desproporcionada cualquier sanción por parte de la FIFA. Recurren a los sicólogos para justificar a Suárez, presentado como el prototipo de genio que lleva intrínsicamente dentro alguna disfunción que le impide controlar sus fauces. Naturalmente el trauma tiene orígenes familiares: “La propensión a morder a sus oponentes es una conducta reactiva y reiterada y no adaptativa", afirmó de la manera más seria posible el psicólogo del deporte Carlos Ferrés a la prensa uruguaya este miércoles.
Y luego hay un tercer bando, en clara minoría, que celebra a Suárez como “el paradigma de la hombría deportiva”, según declaró a EL PAIS un aficionado de Montevideo. En estas filas se podría situar el excapitán de La Celeste, Diego Lugano, quién declaró sobre Chiellini: "Como hombre me decepcionó totalmente. Yo lo admiraba"; el defensa añadió: “No es normal del fútbol italiano que un deportista abandone el campo de juego llorando y acusando a un rival".
Así el panorama, el conjunto de la afición de La Celeste teme perder a Suárez de cara al partido contra Colombia del próximo sábado, una suspensión sería una catástrofe nacional vivida como una enorme injusticia. El Mundial de Brasil no podía ofrecer más emociones fuertes para los uruguayos: presentes en octavos de final después de eliminar a Inglaterra e Italia, armados con grandes jugadores como Diego Godín, Edinson Cavani y ahora un Luís Suárez convertido en héroe maldito.
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