.

.

sábado, 1 de marzo de 2014

Un pueblo gallego recalifica suelo en la costa con miles de pisos vacíos

El primer plan de urbanismo con que contará el Ayuntamiento de Barreiros, en la costa de Lugo, estaba llamado a ordenar la caótica proliferación de segundas residencias que comenzaron a levantarse allí hace una década. Fue como un símbolo de la burbuja inmobiliaria en Galicia, hasta que en 2007 la Xunta bipartita decidió paralizar la construcción en el municipio. Pero el esperado documento, que no ha pasado todavía de un muy inicial borrador elaborado solo a efectos ambientales, ya no convence al actual Gobierno gallego, del mismo color político que el Ayuntamiento, del PP. La Xunta critica los “datos contradictorios” que maneja sobre el crecimiento demográfico del municipio y lo “confuso” y “sin justificación” de algunas recalificaciones, que el gobierno local defiende como necesarias para ordenar lo que ya se ha ido construyendo ilegalmente.
 La Consellería de Medio Ambiente ha respondido al primer borrador del futuro Plan Xeral de Ordenación Municipal (PXOM) recordando que según el Instituto Nacional de Estadística (INE) Barreiros tiene apenas 3.200 habitantes pero cuenta con más de 3.500 segundas residencias o viviendas vacías. La Xunta señala que, según admite el propio Ayuntamiento, esas casas ya construidas y otras que están a medio levantar “pueden cubrir unas necesidades por encima de los 25.000 habitantes”, por lo que para el Gobierno gallego “no se justifica la necesidad de programar nuevos desarrollos residenciales”. Es lo que pretende el Ayuntamiento al recalificar como urbanizables dos nuevos sectores en el lugar de San Bartolo, en la llanura litoral del municipio, que para Medio Ambiente “no tienen justificación alguna dado que pretenden generar nuevas bolsas de suelo para el desarrollo urbanístico en una zona que actualmente presenta una considerable saturación edificatoria”.
La Xunta no se acaba de creer el argumento municipal de que esas y otras seis grandes recalificaciones servirán solo para ordenar zonas en las que ya se había comenzado a construir de forma caótica. Incluso ironiza con ello: “Llama la atención que de todas las categorías de suelo contempladas en la alternativa propuesta, la única que no presenta una delimitación cartográfica precisa es la referida a los ámbitos designados para la recalificación (sectores urbanizables), los cuales son representados mediante una trama difusa en la que no se define el perímetro con claridad”.
Por otra parte, el Ayuntamiento argumenta que su nuevo plan apostará por los usos hoteleros frente a las segundas residencias, pero para la Xunta también “llama la atención” que el documento no detalle dónde. El Gobierno gallego considera que los objetivos globales del plan “no fueron establecidos con claridad” y que el borrador que le entregó el Ayuntamiento “presenta un componente únicamente descriptivo y no propositivo”. Incluso esas pocas propuestas que plantea el borrador ambiental del plan merecen algún tipo de censura de Medio Ambiente: “No pueden validarse como objetivos del PXOM de Barreiros todos los relacionados con la aplicación de normativa o legislación sectorial dado que todos ellos son aspectos de obligado cumplimiento”.
Los reproches autonómicos hacia el documento municipal son múltiples: es “muy esquemático”; “el análisis del paisaje es muy genérico”; “no referenció en su cartografía ni los bienes patrimoniales ni el trazado del Camino del Norte”; o “no presenta un análisis coherente de la previsible evolución demográfica”. La Xunta critica que incluso una de las dos grandes alternativas de desarrollo urbanístico planteadas "no puede considerarse válida dado que incumple la legislación vigente".
El plan que elabora Barreiros sigue contemplando la inversión de 14 millones de euros para dotar de servicios urbanos a cientos de viviendas irregulares que carecen de ellos. La intención original de la Xunta era acometerlos con fondos públicos a través un convenio con el Ayuntamiento y la Diputación, que el Tribunal Superior de Xustiza de Galicia anuló hace ocho meses. Ahora el Gobierno gallego se limita a reclamar a Barreiros que su plan incluya “una concisa justificación de las previsiones para su financiación”. Todas estas apreciaciones las recoge la Xunta en el denominado Documento de Referencia, una guía de cumplimiento obligatorio que ahora deberá seguir el Ayuntamiento para analizar correctamente el impacto ambiental del futuro plan.

No hay comentarios: