La ejecutiva del Partido Socialista de Navarra (PSN), además de insistir enreclamar la dimisión de la presidenta del Gobierno foral, Yolanda Barcina(UPN), decidió ayer iniciar una ronda de contactos con el resto de partidos de la oposición para “explorar y, en su caso, articular los mecanismos necesarios para que la ciudadanía pueda expresarse libremente”, es decir, para convocar elecciones anticipadas. De su agenda de citas, el PSN borra a Bildu, que tiene siete parlamentarios, que son clave para que prospere una eventual moción de censura.
De esta manera, los socialistas navarros lograron que su postura fuera respaldada por el secretario general del PSOE, Óscar López, después de que la dirección federal cuestionara el planteamiento de una moción de censura apoyada por Bildu.
A diferencia de hace 20 días, tras la ejecutiva no hubo comparecencia del líder del PSN, Roberto Jiménez, que evitó las preguntas a la salida de la reunión. Sí respondió una integrante de la ejecutiva, Maite Esporrín, que pronunció un escueto “sí” a la pregunta de si habían aprobado presentar una moción de censura. Poco después, Esporrín fue desmentida por el partido, que remitió al comunicado oficial como única referencia.
Las injerencias de la consejera de Economía, Lourdes Goicoechea (UPN) en el trabajo de la exdirectora de Hacienda fueron las que llevaron al PSN a anunciar la moción de censura en el mismo momento de crear una comisión de investigación que ha zanjado el asunto en 10 días y solo tres de comparecencias.
El dictamen final de ese órgano, que la ejecutiva refrendó ayer, reprueba y pide la dimisión de Barcina y de Goicoechea y la convocatoria de elecciones anticipadas para el 25 de mayo próximo. Se trata de un documento coordinado por Juan José Lizarbe, que ha presidido la comisión, y esa misma es la conclusión que, por unanimidad, aprobó ayer la ejecutiva del PSN.
Del contenido de la reunión de la ejecutiva, que se prolongó durante cuatro horas, solo se conoció oficialmente el comunicado de cuatro puntos en el que no se menciona, en ningún momento, la moción de censura.
Tras el anuncio del inicio de la ronda de contactos, el resto de los grupos de la oposición a UPN han reaccionado rechazando la exclusión de Bildu y siguen apostando claramente por la moción de censura para convocar elecciones. El calendario juega en su contra, porque el 31 de marzo es el último día para adelantar las elecciones, ya que en el último año de legislatura no se puede disolver el Parlamento, y el próximo viernes, día 7, es el plazo límite para poder presentar esa iniciativa parlamentaria en plazo. El nivel de confianza de nacionalistas vascos e Izquierda-Ezkerra en esa posibilidad disminuye conforme aumenta el recuerdo de lo ocurrido en 2007. En agosto de ese año el candidato del PSN, Fernando Puras, acordó la formación de Gobierno tripartito con IU y Nafarroa Bai, una coalición que agrupaba a EA, Aralar, PNV y Batzarre.
Sin embargo, con el programa de Gobierno ya cerrado, la dirección del PSOE vetó el acuerdo e impuso que los 11 parlamentarios socialistas se abstuvieran en la investidura de Miguel Sanz (UPN). Puras abandonó la política y la rebelión interna se zanjó con una visita del número dos del PSOE entonces, José Blanco. Fue precisamente Roberto Jiménez, que ocupaba el puesto número 9 de la lista, quien fue elegido como portavoz parlamentario en sustitución de Puras. Un año después del “agostazo”, Jiménez fue elegido secretario general del PSN.
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