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viernes, 10 de enero de 2014

Despegamos: no apague su tableta

A partir de este viernes entra en vigor la norma que permite utilizar en modo avión los móviles, así como otros dispositivos electrónicos como reproductores mp3, tabletas, libros electrónicos o consolas de videojuegos durante todas las fases del vuelo, incluyendo despegue y aterrizaje, y circulación por la pista del aeropuerto.
No obstante, los pasajeros deberán esperar aún para hacer valer este derecho porque aunque el plazo oficial comienza este viernes, tras la publicación de la resolución en Boletín Oficial del Estado (BOE), las compañías aéreas deberán contar con la autorización de la Agencia Estatal de Seguridad Aérea (AESA),
AESA deberá certificar que las compañías cumplen, para cada modelo de aparato, con los nuevos requisitos técnicos y el manual de operaciones de forma que se asegure que el encendido de estos dispositivos no causa interferencia con los equipos del avión ni afecta a la seguridad de la aeronave.
Algunas de esas compañías ya han adelantado esos protocolos de seguridad por lo que están listas para presentar la solicitud ante la AESA, informaron en fuentes del sector. Este organismo no cuenta con un plazo fijo para resolver las autorizaciones, aunque espera que no se demore mucho, según señaló un portavoz a este diario.
La gran asignatura pendiente de los gobiernos y reguladores es permitir las comunicaciones
durante el vuelo
En cualquier caso, la decisión última de si se puede usar los dispositivos en cualquier fase del vuelo depende de la compañía aérea, es decir, del comandante de la aeronave, aunque esta esté preparada para su uso.
España adopta de esta forma la directiva comunitaria aprobada el pasado mes de diciembre que eliminaba las restricciones sobre el uso de dispositivos electrónicos hasta ahora solo permitidos durante el vuelo.
No obstante, la normativa deja claro que los móviles y otros dispositivos solo se podrán usar en modo avión, es decir, sin conectividad a la red celular ni a Internet. No se podrán hacer ni realizar llamadas, ni mandar mensajes, ni correos electrónicos. La norma deja fuera a los ordenadores portátiles pero en este caso por motivos de tamaño, en prevención de que puedan desplazarse durante el despegue o aterrizaje, como cualquier otro equipaje.
Han tenido que pasar décadas para que la Agencia Europea de Seguridad Aérea diera su visto bueno para acabar con las limitaciones al uso de dispositivos electrónicos en el interior de los aviones, alegando que se producían interferencias en el sistema de navegación o en las comunicaciones de la tripulación con la torre de control.
La polé
El uso de dispositivos electrónicos en su modo tonto o pasivo es solo un paso porque la gran asignatura pendiente de los gobiernos y reguladores es permitir las comunicaciones en vuelo, es decir, la transmisión de llamadas y datos. Hasta ahora, las aerolíneas de todo el mundo prohíben las conexiones telefónicas o wifi una vez que se cierran las puertas del avión y hasta que se vuelven a abrir, tras el aterrizaje. Solo algunas compañías facilitan las llamadas durante el vuelo pero con sus propios sistemas y aparatos, y sin que se puedan conectar a redes terrestres.
La polémica es si estas restricciones se deben a motivos de seguridad o causas económicas, ya que las aerolíneas no quieren quedarse fuera del inmenso negocio que supondría autorizar las conexiones.
La Comisión Federal de Comunicaciones (FCC), el regulador estadounidense, ya ha afirmado que no tiene sentido mantener la prohibición con las actuales tecnologías, pero ha chocado con la negativa rotunda del Gobierno. En la UE, la oposición también es total. Aunque queda el consuelo de que al menos se plantee en 2014 suavizar su política de entrada de líquidos en el avión.

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