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lunes, 23 de diciembre de 2013

Las ideas más descabelladas para acabar con el hambre en el mundo

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7.000 millones de personas compartimos el planeta y varios miles de millones más están en camino. 7.000 millones de bocas que alimentar y una superficie cultivable limitada (y al límite) sólo puede significar una cosa: hambre. Para paliar el hambre que viene y el que ya asola muchas zonas del mundo se han planteado todo tipo de soluciones, algunas factibles, otras utópicas y otras directamente disparatadas.
A continuación, una somera selección de estas últimas, llegadas desde el mundo del arte (como el estrambótico plan para reducir el tamaño de los seres humanos) hasta la peregrina idea de Mao Tse Tung de aniquilar todos los gorriones en China, una genialidad que desencadenó una hambruna mayor que la que trataba de evitar.
1. Parir delfines… y comérnoslos a continuación
Quién propone la idea: La artista japonesa Ai Hase-Gawa
En qué consiste: Que las mujeres Incuben animales en peligro de extinción, como tiburones, atunes y delfines, den a luz un híbrido y, eventualmente, nos sirva de alimento en un “mundo hiperpoblado”.
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Por qué nos parece un disparate: Hay que reconocer la capacidad provocadora de la nipona, que aúna en su proyecto I Wanna Deliver a Dolphin, bestialismo y canibalismo bajo una envoltura humanitaria, pero la mera perspectiva de comernos a nuestra propia prole –por mucho que tenga aletas- es una barrabasada del tamaño del Titanic. Eso sí, el vídeo del proyecto es la mar de molón.

2. Reducir el tamaño de los humanos
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Quién propone la idea: El artista holandés Arne Hendriks
En qué consiste: Reduciendo de tamaño paulatinamente a los seres humanos, de modo que en 5 o 10 generaciones no levantemos más de 50 centímetros de estatura y unos 17 kilos de peso. De este modo, razona, podríamos alimentarnos un día entero con media mandarina y un cacahuete.
Por qué nos parece un disparate: Hendriks propone dos métodos para lograr una reducción exprés de nuestros descendientes: la manipulación genética y los tratamientos hormonales. Sospechamos que no van a abundar los voluntarios para la primera generación de humanos jibarizados.
3. Alimentarnos de insectos
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Quién propone la idea: La FAO

En qué consiste: En reemplazar paulatinamente los filetes de pollo por los escarabajos a la parrilla y las gambas al ajillo por hormigas a la plancha como fuente de proteína animal, como ya hacen 2.000 millones de personas en el mundo.
Por qué nos parece un disparate: Para ser casi la única propuesta seria de esta selección, peca bastante de antropocéntrica y especista: ¿qué culpa tienen los bichos de la voracidad de la plaga humana? Tal vez sería más razonable hacernos todos vegetarianos y devolver los millones de hectáreas que se dedican a alimentar al ganado a plantar cebollinos y escarolas.
4. Exterminar a los gorriones
Quién propone la idea: Mao Tse Tung, Gran Timonel de la China.
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En qué consiste: En 1960 el Partido Comunista urgió a los campesinos para que aniquilaran los gorriones, glotones devoradores de las semillas del campo y, por tanto, responsables subsidiarios del hambre en China. La técnica de eliminación de pájaros iba desde el envenenamiento hasta el desgaste por palmeo: los ciudadanos gritaban y daban palmas para asustar a los gorriones y evitar que se posaran en el suelo, por lo que acaban agotados y morían por agotamiento: caían como pajaritos.

Por qué nos parece un disparate: Tan exitosa fue la campaña que los pobres gorriones fueron prácticamente exterminados. El único problema es que los gorriones además de comerse las semillas se comían también las langostas, por lo que al quedar eliminados de la cadena trófica empezaron a proliferar las plagas de estos ortópteros devorando, ahora sí, las cosechas y provocando hambrunas bíblicas: se calcula que pudieron morir 30 millones de chinos. Al comprobar el desastre, Mao tuvo que pedir a sus vecinos de la URSS el envío urgente de 200.000 gorriones para arreglar el criminal desaguisado.
5. Vivir del aire
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Quién propone la idea: Los respiracionistas de Gaia.

En qué consiste: Ni vegetarianos ni crudívoros: la propuesta más radical para acabar con el hambre en el mundo (y con la industria alimentaria de rebote) es practicar el “pranismo”: “alimentarnos” exclusivamente de “prana”, la energía vital que, según el hinduismo, nos rodea por todas partes.
Por qué nos parece un disparate: Porque el cuerpo humano tiene la mala costumbre de requerir un insumo energético del exterior en forma de nutrientes, proteínas, vitaminas y grasas para poder funcionar. Morimos de inanición tras cuarenta días sin probar bocado.
6. Sacrificar personalmente los animales que vayas a comer
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Quién propone la idea: El artista británico John O’Shea
En qué consiste: En convertir a los carnívoros en matarifes de su propia comida. De esta manera, razona el vegetariano artista, seríamos conscientes del sufrimiento del animal que va a engrosar nuestro plato.
Por qué nos parece un disparate: La idea de O’Shea trata de ser moralizadora, pero su aplicación podría devenir en desastre: un aficionado intentando sacrificar una gallina o una trucha puede causar mucho más dolor en el animal del que trata de evitar.
Con información de YorokobuPúblicoYorokobuStrambotic y Yorokobu otra vez.
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