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martes, 10 de diciembre de 2013

El Gobierno venezolano controla el 70% de las alcaldías y gana el plebiscito a Capriles

El presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, luce crecido y no es para menos. La oposición quiso plantear las elecciones municipales del domingo como un plebiscito sobre su joven gestión y lo ha ganado, a juzgar por el resultado de las votaciones totales. El jefe del Estado se sirvió de ese argumento para pedir la renuncia a sus adversarios. “Ustedes deben irse porque han perdido el plebiscito”, afirmó en un mitin celebrado en la ciudad de Los Teques, en las afueras de la capital Caracas, donde aprovechó para dar nuevos avances de los cómputos finales que adelanta el Consejo Nacional Electoral. Afirmó que el Gobierno y sus aliados habían obtenido 55% de los votos.
Al margen de estos datos, el presidente tiene razones para celebrar. Con el paso de los meses ha recibido el baño de legitimidad que no tenía al principio de su mandato. Para consolidar este logro el partido del gobierno ha recibido una vez la inestimable colaboración de sus aliados, entre ellos el Partido Comunista, que le ha aportado un poco más de medio millón de votos que ensancharon de modo significativo –en 6.52%- la mínima ventaja que obtuvieron en las presidenciales sobrevenidas del pasado abril –apenas 1.49%.
Hasta este lunes a las 23:00 hora local la página web del Consejo Nacional Electoral admitía la victoria de 234 candidatos de la órbita chavista y 67 de la oposición. Una lectura superficial de las cifras podría sugerir una paliza mayúscula del chavismo, pero no es así. En términos porcentuales el gobierno controlaba 84% de las municipalidades y hoy controla 70% del país, un número alto, pero que también demuestra un leve crecimiento de la oposición, que controlaba 55 alcaldías hasta el domingo. Aún queda por definir los ganadores de 34 alcaldías. En todo caso, la oposición podría sumar cuatro más para llegar a 71. Los números marcan un avance que sus partidarios resaltan como una victoria porque se han hecho de las municipalidades de las ciudades más importantes del país. Además, los ganadores están repartidos en 19 de los 23 estados del país. La oposición es ahora gobierno en cinco provincias de la Venezuela más chavista, donde no tenían representación en el Ejecutivo municipal: los estados Portuguesa, Apure, Sucre, Monagas y Trujillo.
Mientras sacaba cuentas y prometía profundizar la revolución, Maduro amenazó de nuevo a su principal rival, el gobernador Henrique Capriles Radonski, con llevarlo a los tribunales. El domingo el líder opositor volvió a referirse al oscuro episodio de la salud del fallecido Hugo Chávez a propósito de la convocatoria hecha por el gobierno de celebrar el Día de la Lealtad con Chávez. Capriles ha asegurado desde abril que el gobierno mintió al país sobre el verdadero estado de salud del líder bolivariano. “¡Ya basta ya! ¡Tiene que actuar la justicia! Respeto a Chávez. Respeto a su familia”.
Los resultados de las municipales se han prestado para toda clase de interpretaciones interesadas. Apenas hay un punto de coincidencia: el país sigue entrampado en la polarización y no parece factible que haya un diálogo entre los actores enfrentados desde hace tres semanas. A pesar de los llamados hechos por el Gobierno nacional a los alcaldes vencedores para reunirse en fecha próxima, este lunes se ha dado un paso en dirección contraria. Maduro nombró “protectores” de dos municipios de Caracas a dos aspirantes perdedores, a quienes asignará recursos para establecer una suerte de gobierno paralelo en esos municipios. Es una forma de evitar el diálogo con la oposición y establecer vínculos con la comunidad mediante ayudas directas. El Presidente también ha designado como ministro para la Transformación Revolucionaria de Caracas al excandidato Ernesto Villegas, con lo cual coloca otra barrera para entenderse con la autoridad legítima con competencia en el área metropolitana de la capital venezolana, el opositor Antonio Ledezma.
Después de la victoria el Gobierno comenzó a retomar los temas que había dejado pendientes por la elección. Este lunes el vicepresidente Jorge Arreaza asomó la posibilidad de revisar el precio de la gasolina, que no se aumenta desde 1996, que prácticamente se regala en el país. El chavismo necesita urgentemente dinero para financiar su costoso proyecto político para no romper tan temprano el encanto de esta victoria.

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