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domingo, 29 de septiembre de 2013

Chile traslada de cárcel a los represores de la dictadura pese al suicidio de Mena

Familiares de las víctimas protestan frente al Penal Cordillera. | Efe
Familiares de las víctimas protestan frente al Penal Cordillera. | Efe
El gobierno chileno ha optado por mantener su decisión de cerrar el Penal Cordillera una prisión para violadores de los derechos humanos y llevarlos a otra pese al suicidio del general Odlanier Mena Salinas, uno de los diez reos del Penal Cordillera. En la madrugada de este domingo, el traslado del grupo de nueve oficiales condenados se hacía efectivo.
"La decisión tomada, a pesar de este trágico fallecimiento, no se va a ver alterada y será implementada en el momento oportuno", advertía horas antes el presidente, Sebastián Piñera, en una breve declaración en La Moneda.
El mandatario reiteró que las responsabilidades penales "son siempre individuales y nunca institucionales", al tiempo que expresó sus condolencias a la familia y amigos de Odlanier Mena, entre ellos su hijo Hernán Mena, actual embajador de Chile en Nicaragua, con quien dijo haberse comunicado directamente.
La ministra de Justicia, Patricia Pérez, explicó al hilo del traslado que la medida se basa "en el principio de igualdad ante la ley".

Destino, Punta Peuco

Los reos tienen como destino Punta Peuco, otra cárcel para violadores a los derechos humanos, situada a 35 kilómetros al norte de Santiago, que alberga actualmente a 44 antiguos agentes represores, custodiados por 66 gendarmes.
Ex jefe de la Central Nacional de Informaciones (CNI) y condenado en 2008 a seis años de prisión, Odlanier Mena era el único interno del Penal Cordillera con permiso para pasar los fines de semana en su casa.
Según su abogado, Jorge Balmaceda, Mena se mató porque "estaba terriblemente afectado por el traslado", ya que "se encontraba en una situación de salud muy delicada, necesitaba auxilio de oxígeno" y creía que en Punta Peuco, su nueva prisión, "no iba a tener la atención médica que necesitaba".
Un hecho que investiga la Fiscalía es que Mena tenía en su casa al menos cuatro armas legalmente inscritas y un permiso para portarlas, según confirmaron fuentes de la Policía de Investigaciones (PDI).
Los familiares de las víctimas se preguntaron cómo un reo condenado podía tener libre acceso a armas de fuego, criticando las condiciones privilegiadas existentes para los violadores de los derechos humanos.

Privilegios

Según se ha confirmado en los últimos días, los diez militares presos en el Penal Cordillera eran atendidos por 44 gendarmes, además de un contingente de médicos, enfermeros y sicólogos, con la ventaja de estar además a cinco minutos del Hospital Militar y de disponer de canchas de tenis y lugares para asados, entre otras comodidades.
Durante muchos años, Mena mantuvo públicas discrepancias con Manuel Contreras, el jefe de la DINA, y de forma coincidente con su muerte, este sábado el diario 'El Mercurio' publicó una carta suya en la que desmiente haber sido parte del Plan Cóndor, la coordinación que hubo entre las dictaduras de los países del Cono Sur para eliminar opositores en los años 70 y 80.
Hace años, Odlanier Mena acusó a Contreras de haber convertido en criminal el régimen de Pinochet y reveló que el jefe de la DINA trató de envenenarle. Contreras, según Mena le odiaba porque investigó si la DINA organizó el asesinato del excanciller chileno Orlando Letelier, perpetrado en Washington en 1976.
Los seguidores de Augusto Pinochet responsabilizaron a Sebastián Piñera del suicidio de Mena: "El único responsable es el presidente de la república", dijo el general Luis Cortés Villa, expresidente de la Fundación Augusto Pinochet. "Odlanier fue un hombre injustamente condenado. El presidente no pensó las consecuencias", añadió Cortés, mientras el abogado René López, defensor de Manuel Contreras, dijo que el suicidio fue consecuencia "de la tortura sicológica" sufrida por los militares presos. "Yo responsabilizo, y me hago cargo de lo digo, al Presidente Piñera de esta persona que se nos ha ido", sostuvo.

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