.

.

domingo, 15 de septiembre de 2013

Cartas de Mas a Rajoy y viceversa...

Querido Mariano:
Te escribo francamente a mi pesar para recordarte que desde hace un año ya no estoy en tratos contigo, sino con una gente algo menos comprensiva que no me permite templar gaitas ni amontonar eufemismos como fue mi costumbre a fin de posponer y enfriar los problemas que a ambos nos conciernen.
He pasado este año como buenamente he podido, más mal que bien, para qué voy a engañarte, pero las cosas se complican, los acontecimientos se precipitan y sobre todo me han dicho que o te escribo para apremiarte o voy a empezar a tener dificultades que no van a gustarme. Sabes que no es mi talante apretar las tuercas, que preferiría marear esto algún tiempo más hasta que escampe y podamos retomar esa sana forma de no entendernos y de ir cada uno por su lado que tan ensayada tenemos y que consiste en decirles tú a los tuyos lo que quieren escuchar, yo a los míos otro tanto, e ir haciendo camino con algo que cada uno pueda interpretar como le plazca y que no termine de comprometer ni de obligar a desdecirse a ninguno de los dos. Vamos, lo que ha venido siendo el consenso de la Transición.
Pero no va más. Me veo obligado a pedirte que te rindas, te apees de todas las posiciones que has mantenido, te saltes todos tus reglamentos y todas las promesas que hiciste a los tuyos y me entregues sin ninguna condición todas tus armas y bagajes para que yo pueda quedar bien con los míos y para que queden salvaguardados y satisfechos los deseos y sentimientos de los míos a costa de los deseos y sentimientos de los tuyos.
Atentamente. Artur.

Querido Artur:
Acuso recibo de tu atenta carta, que he leído con sumo interés y con la disposición de siempre a escuchar lo que tienes que decirme, así como a entablar sobre las cuestiones que nos atañen el más abierto diálogo. Un diálogo que te planteo sin esas urgencias que muestras en tu carta, porque tenemos todo el tiempo del mundo, y más teniendo en cuenta que las cosas para mí están bien como están y el reloj, como se desprende de tus juiciosas palabras, corre principalmente en tu contra.
Como sabes, no estamos, ni los míos ni yo, en el momento más boyante. He tenido que saltarme otras promesas que hice, me veo obligado a secundar decisiones que me vienen dadas de fuera y tengo algunos asuntillos domésticos a medio resolver, lo que me aconseja extremar la cautela a la hora de abrir nuevos frentes, y más si suponen, como lo que me pides, asomarse a lo desconocido y montar un lío de campeonato. En tiempos de tribulación, más vale no hacer mudanza. Bueno, en general, más vale no hacer mudanza salvo que sea estrictamente imprescindible, porque lo de mudar exige esfuerzo y acción y, como dice el Tao, sólo aquel que no hace puede ganar el Universo.
Por tanto, te ofrezco mi más sincera disposición a hablar sobre todo y no darte nada de lo que me pides, sino lo que a mí me parece que puedo hacer por ti (con el esfuerzo limitado que estoy dispuesto a dedicarle a tu petición) y que no tiene nada que ver con lo que tú quieres ni con lo que tu gente te reclama.
Para llegar a este punto completamente insatisfactorio para ti y para los tuyos tenemos, como te digo, todo el tiempo del mundo, y no dudes que contarás con mi apoyo para rendirte, volver al redil y ponerte enfrente de esos de los que ahora dependes.
Cordialmente. Mariano.

No hay comentarios: