El pasado viernes el Gobierno presentó a bombo y platillo el Informe de evaluación de impacto de la reforma laboral (PDF), un
balance del primer año de vida de la norma desde que el Congreso
aprobara el texto definitivo el 25 de junio de 2012 —aunque realmente
empezó a funcionar en febrero de 2012—. El objetivo del documento era evaluar qué aspectos de la reforma hay que mejorar. Sin embargo, a juicio del Gobierno la reforma es impecable y mejor no tocar casi nada. "Sólo hay que hacer ajustes menores", dijo Fátima Báñez, ministra de Empleo, ignorando que ese mismo día el FMI emitía otro informe sobre España en el que proponía una bajada generalizada de los salarios del 10%
como casi la única vía para crear empleo. La ministra también obvió
que la Unión Europea y la OCDE vienen reclamando desde hace tiempo una
nueva y profunda vuelta de tuerca a la legislación laboral.
Haciendo
oídos sordos a las críticas que ha recibido en el último año, Báñez
elogió casi sin medida la reforma laboral del PP ante los periodistas.
Vendió como un gran logro que en su primer año de aplicación había
evitado 225.800 despidos. No explicó cómo ni por qué, sobre todo
teniendo en cuenta que en el último año el paro ha seguido aumentado.
La ministra no tuvo más remedio que reconocer esa realidad, que hay más
desempleo, pero adujo que la reforma laboral ha logrado moderar el
ritmo de destrucción del empleo en un contexto de recesión y que
empezará a crearlo cuando le economía crezca.
Báñez glosó muchos
más méritos de la norma, pero la realidad es tozuda y en muchos aspectos
le desmiente. Veamos qué es lo que el Gobierno no cuenta sobre la
reforma laboral y cuáles son esos méritos que se atribuye y que no le
corresponden.
01. ¿De verdad la reforma laboral ha evitado 225.800 despidos?
Ese
es su gran logro, según el Gobierno. Pero eso hay que tomarlo como un
auto de fe: se puede creer o no. Báñez no explicó cómo se habían evitado
esos despidos. La ministra no ofreció ningún dato desagregado que
avalara esa conclusión. La cifra parece más bien aleatoria. La que no lo
es es la de los casi 400.000 empleados públicos que han perdido su
trabajo desde que el PP llegó al poder. Según la Encuesta de Población
Activa (EPA) —la auténtica radiografía del panorama laboral en España— entre el segundo trimestre de 2012 y el segundo trimestre de 2013 hubo 284.400 parados más.
Es cierto que un año antes, entre el segundo trimestre de 2011 y el
mismo de 2012, el número de parados aumentó en 859.400, tres veces más.
Pero no es menos cierto que después de más de cinco años destruyendo
empleo, el mercado laboral español ya no puede expulsar a tantos
trabajadores, o al menos hacerlo al mismo ritmo.
El sindicato
Comisiones Obreras (CCOO) aporta sus propios datos y asegura que desde
que la reforma laboral empezó a aplicarse se han destruido 633.500
puestos de trabajo, "lo que desmiente que se haya frenado la
destrucción de empleo", dice un portavoz sindical. Se podrá creer o no a
CCOO —como al Gobierno—, pero los datos contrastados hacen más
verosímil la tesis del sindicato que la del Ejecutivo.
02. No es cierto que se modere la destrucción de empleo
Este
punto es un corolario del anterior. El Gobierno justifica las bondades
de la reforma en que ya no se destruye empleo con la misma intensidad
que antes pese a que la economía se encuentra en recesión. Según el
informe del Gobierno, la tasa de crecimiento interanual del paro se ha
reducido del 18% en el segundo trimestre de 2012 al 5% en 2013. Pero
olvida mencionar que en el segundo trimestre de 2011, antes de que entrara en vigor la reforma del PP —aunque ya funcionaba la de los socialistas— el paro sólo había crecido un 4,05% respecto al año anterior.
La
relación entre recesión económica y el paro es obvia: a más recesión,
más paro. En el segundo trimestre de 2011 la economía española no estaba
en recesión, aunque su crecimiento era prácticamente insignificante y
apenas aumentó un 0,2%. En el segundo trimestre de 2012 el PIB cayó un
0,4% y en el mismo período de 2013 sólo lo hizo un 0,1%. Que el paro creciera más cuanto más dura era la recesión es algo obvio que el informe del Gobierno vende como un éxito.
03. Más autónomos: a la fuerza ahorcan
Según
el informe de evaluación, en el primer semestre de 2013 se ha producido
un aumento de casi 23.000 afiliaciones en el Régimen Especial de
Trabajadores Autónomos de la Seguridad Social. A la fuerza ahorcan:
muchos trabajadores que han perdido su trabajo no han tenido más remedio
que hacerse autónomos para seguir trabajando. Muchas empresas sólo contratan si es el trabajador el que paga sus cotizaciones sociales. Además, en 2011 y 2012 ya había crecido el número de autónomos, si bien no tanto como en este 2013.
04. Más competitividad a costa de bajar los salarios
Otro
efecto positivo que Báñez destacó con profusión es que la reforma
laboral ha servido mejorar la flexibilidad interna en las empresas, a
las que la reforma, dijo, ha permitido adaptarse mejor al contexto
económico y ganar competitividad. Pero lo que no menciona el informe
del Gobierno es que ese incremento de la competitividad se ha producido
básicamente a través de la bajada de salarios y la reducción de los
costes laborales unitarios —que indican lo que a una empresa le cuesta
producir en España—, una opción que la reforma laboral ha facilitado mucho a los empresarios. La
Encuesta de Costes Laborales que realiza el INE muestra un marcado
abaratamiento de los salarios y de las indemnizaciones por despido. En 2012 los costes laborales se redujeron un 0,8% en 2012. UGT denunció esta misma semana que en términos reales, sin la inflación, la reducción de los costes sería del 6,3%.
05. El debate sobre cuándo se empezará a crear empleo
Siempre
se ha dicho que para crear empleo de una forma sostenida la economía
española necesitaba crecer por encima del 2%. El Ejecutivo asegura que
con la reforma laboral España será capaz de crear empleo con una tasa de
crecimiento de entre el 1% y el 1,2%. El problema es que aún estamos
lejos de ese escenario. El Gobierno, en sus previsiones, lo sitúa en el
año 2015. El FMI predijo el viernes que el PIB español no crecerá por encima del 1% antes de 2018.
Habrá pues que esperar para comprobar si es verdad o no que se creará
empleo con una tasa de crecimiento del 1%. Muchos expertos dudan de que
esto sea así.
06. Más flexibilidad interna, menos derechos de los trabajadores
Uno
de los objetivos confesos de la reforma laboral es favorecer la
flexibilidad interna de las empresas. La norma potencia la capacidad del
empresario para modificar de manera prácticamente unilateral las
condiciones de trabajo y la movilidad en la empresa. Además, fomenta las
decisiones empresariales de suspensión de trabajo y de reducción de
jornada para evitar despidos. Según el informe de evaluación, un 27% de
las empresas de más de 250 trabajadores han adoptado alguna de estas
medidas. Según el Gobierno, la moderación salarial ha evitado miles de
despidos, pero la realidad es otra: los Expedientes de Regulación de Empleo (ERE) se han disparado tras la reforma al simplificar los trámites para utilizar este recurso. Los despidos colectivos se cuentan por miles.
07. La dualidad del mercado laboral sigue siendo un lastre
La
ministra Báñez y el Gobierno presumen de que la reforma laboral crea
empleo estable y reduce la dualidad que existe en el mercado laboral
español entre trabajadores fijos y temporales. El Gobierno vende como un
gran éxito que la temporalidad ha pasado de una tasa del 25% del
último trimestre de 2012 al 23,1% del segundo trimestre de este año.
Pero la realidad es que gran parte del empleo que se crea ahora en España sigue siendo precario.
Sólo alrededor del 7% de los nuevos contratos que se firman son
indefinidos, según los últimos datos de paro registrados que se dieron a
conocer el mismo viernes. Hasta el propio FMI desmiente al Gobierno:
en su informe del viernes el organismo destaca que la dualidad entre
los que tiene un trabajo estable y los que tienen empleos temporales ha
aumentado, al tiempo que "la probabilidad de encontrar un trabajo
permanente sigue siendo muy baja y la de perder un trabajo temporal muy
alta".
En este sentido el FMI contradice abiertamente al
Gobierno español, que mantiene que la dualidad entre fijos y temporales
se ha reducido. Báñez argüye que la caída de la contratación
indefinida se ha frenado y la nueva figura contractual creada en la
reforma, el contrato indefinido de apoyo a empresas de menos de 50
trabajadores, está funcionando "bien". La ministra cifró en 120.000 las
personas que han accedido al mercado de trabajo a través de dicha
contratación indefinida, de los que el 40% son jóvenes. La ministra ha
añadido que este tipo de contratación ha resultado ser estable, porque
el 60% de esos contratos indefinidos se mantienen pasado el año. Pero el ritmo parece muy lento: la sensación es que no se avanza significativamente.
08. La reducción del absentismo laboral no es mérito de la reforma del PP
Dice
el Gobierno que la reforma laboral quiere combatir el absentismo
laboral injustificado. Es cierto que ha endurecido las medidas para
combatirlo, pero el descenso de un 13,8% del absentismo en el último año obedece más a la crisis y al miedo del trabajador a perder su empleo, ahora que es más fácil y más barato despedir, según señalan los sindicatos.
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